Un Fantasma de Alcurnia
“Qué eres hermosa he sabido. Y aunque coqueta, yo infiero Que has de hallar pronto marido, Pues tienes mucho dinero”. Copla Burlona a Felicitas Autor Anónimo
De ser la joven más bella y acaudalada de la creciente sociedad porteña del siglo XIX a la víctima de uno de los primeros crímenes pasionales documentados en la historia Argentina cuya figura espectral ronda, desde hace más de un siglo, el patio principal de la iglesia erigida en su memoria.
A sus 26 años, Felicitas Guerrero, ya era la millonaria más joven de la Argentina, procedente de una acaudalada familia y viuda heredera de todos los bienes y riquezas de su difunto esposo, Don Miguel Gregorio de Álzaga y Pérez Llorente, con quien había tenido dos hijos (Félix Francisco y Martín) que también fallecieron. Se había convertido en la preferida de las páginas sociales de los periódicos de la segunda mitad del siglo XIX, que solían hacer mención sobre sus viajes, su belleza y su carácter independiente que la empeñaba en la gestión de su patrimonio y de las libertades que podía gozar una dama de aquellos tiempos, razones que la llevaron a ser una de las mujeres más famosas y distinguidas de la clase alta de la ciudad. Las voces de la Sociedad Porteña de su época la describían como: “la Mujer más Hermosa de la República” o –en palabras del poeta Carlos Rufino Pedro Ángel Luis Guido y Spano, Cultor del Romanticismo (16 de enero de 1827 – 25 de julio de 1918)– “la Joya de los Salones Porteños”, por ende, su encanto y su fortuna la habían transformado en el blanco perfecto del asedio de una larga lista de pretendientes que, como ella, solían frecuentar las veladas de los Salones Literarios y las reuniones de los círculos más exclusivos de la Buenos Aires de aquel entonces.
La joven viuda, amaba el campo y solía de pasar sus temporadas de descanso, junto a familiares y amistades, en su estancia “La Postrera”, donde se criaba su ganado ovino.
En ocasión de estar disfrutando junto a unos amigos -en noviembre de 1871- uno de sus paseos en la estancia “Laguna de Juancho” (situada al sudoeste de la Provincia y que tenía salida a la costa marítima en terrenos que hoy ocupa la ciudad balnearia de Pinamar), luego de pasar algunos días allí los convenció de continuar su descanso en su estancia preferida, distante a unas 28 leguas (alrededor de 143 Km) -en la actualidad sería dirigirse desde el partido de General Madariaga hacia la localidad de Castelli (hoy en día es conocido el castillo que se ubica en el casco de aquella estancia sobre el kilómetro 168 de la ruta 2), donde se hallaba “La Postrera”-, ambas en la Provincia de Buenos Aires.
Ella y sus amigos habían partido en horas de esa tarde primaveral pero el clima fue cambiando cuando comenzaba a llegar el crepúsculo, de hecho, el cielo se oscureció casi repentinamente y fueron sorprendidos por una fuerte ventisca que fue creciendo hasta convertirse en una tormenta eléctrica seguida de un feroz aguacero que provocó que su carruaje quedara envuelto en la tempestad y el cochero perdiera el rumbo debido a la escasa visibilidad.
Felicitas Guerrero, entonces, ordenó detener el coche y aguardar a que cesara el temporal.
Mientras arreciaba el chubasco, a la distancia, pudieron observar vagamente, recortándose entre los relámpagos, la silueta de un jinete que se acercaba al galope bajo la lluvia por el camino enlodado. El desconocido se aproximó a la ventanilla del carruaje de la cual se asomó la Joven. La conexión entre ambos fue instantánea.
-“Esta es mi Estancia, que es la suya, Señora”… Así se presentó cortésmente, con porte de caballero, el dueño de aquellas tierras y descendiente de familia patricia, el joven de 30 años, Samuel Pedro Sáenz Valiente Higgimbothom.
Llegada la noche, en plena oscuridad y aun cayendo la lluvia, Felicitas y la pareja amiga, aceptaron hospedarse en la estancia de su salvador quien los atendió con tal generosidad y esmero que provocaría que aquella primera vista entre ambos se convirtiera en enamoramiento.
Casi de inmediato, con el correr de los días, ambos jóvenes reconocieron que el romance iba en serio y comenzaron a planear el anuncio de su compromiso y la boda, en la que ella luciría un vestido especialmente traído desde París para la ceremonia religiosa.
No pasaría mucho tiempo para que, en Buenos Aires, comenzaran a correr los rumores sobre su inminente compromiso y posterior matrimonio.
No todo sería alegría
Las habladurías, insospechadamente, comenzarían a trazar el calvario de la joven desde que llegaron a los oídos de uno de sus frustrados pretendientes, Enrique Ocampo Regueira, perteneciente a una acaudalada familia tradicional porteña (quien años más tarde sería el tío abuelo de las escritoras Victoria y Silvina Ocampo). Despechado e intensamente celoso, abrigaba la esperanza de hacerla su esposa desde que la conociera durante la adolescencia, fue así que comenzarían a tener un trato mucho más frecuente, hecho por el cual Ocampo comenzaba a sentirse con derecho de lanzarle frases comprometidas, que presagiaban el destino de la joven. Ya en esos años era considerada la más deseada de la sociedad porteña. Su sueño se vería derrumbado cuando contrajo matrimonio con Martín de Álzaga quien era 32 años mayor que ella, pero tras el deceso del terrateniente volvió a abrigar nuevas esperanzas. Aunque, tiempo después, con la aparición en escena de Sáenz Valiente y el chisme de que había encargado un vestido en París para casarse con él, volvió a la carga con el intento de hacerla suya.
Obsesionado y encaprichado, Ocampo comenzó a acosarla, ante la frustración de no poder estar con ella frente al rechazo del que habrían sido objeto sus proposiciones pues, sería de su propia boca en donde escucharía sobre la confirmación de sus sentimientos hacia Sáenz Valiente. Era común que se apareciera de sorpresa en los paseos que Felicitas daba en soledad, pero la joven, sin dejar de ser cortés, demostraba cierta distancia pues prefería mantener una amistad. Se contaba entre los más cercanos que solía pedir visitas que ella rechazaba, también que le habría rogado con desesperación que lo aceptara como compañero de vida, de hecho, habría llegado a hablar con su padre, advirtiéndole: “Dígale a su hija que, si se casa con otro, la voy a matar”. O que un día, habiéndose cruzado con ella, llegó a decirle: “Si no me permitís ser el sol de tu amor, seré tu sombra“. Como era de suponer, nadie se tomó en serio sus amenazas y de haber generado preocupación en alguien, nada se hizo para prevenir o evitar una posible desgracia. Sin que ella sospechara nada, comenzó a creerse con derechos. Según cuenta algunos relatos de la época, Enrique le escribía una carta cada día, ella jamás le respondía. Otros comentarios afirmaban que se encontraban a escondidas dando rienda suelta a una pasión descontrolada, pero que un día Felicitas decidió recluirse en una de sus estancias y así escapar de las insistencias del desquiciado Enrique. Otra versión, por su parte, aseguraba que ella iba a sus estancias para encontrarse secretamente con él, sea cual fuere la relación entre ambos.
La última fiesta
Aquel 29 de enero de 1872, Felicitas estaba ocupada en cada detalle de los preparativos por la inauguración de un puente de hierro del Ferrocarril del Sud sobre el río Salado, que sería una importante insignia del progreso -de la que había sido nombrada madrina- y por el acto, que se llevaría a cabo en su estancia a la que acudirían relevantes personalidades de la época. El puente, que había sido importado por el ingeniero Luis Augusto Huergo desde Gran Bretaña, se extendería unos ciento setenta metros bordeando la orilla de su predilecta estancia «La Postrera» y llevaría el nombre de su antiguo propietario, Ambrosio Crámer—un estanciero unitario revolucionario de los Libres del Sur, camarada de su difunto marido, ambos participantes del movimiento anti-Rosista y que fuera degollado por los federales afines al Restaurador de las Leyes, el Brigadier General Don Juan Manuel de Rosas—, Restaban sólo cinco días para ultimar cada detalle pues uno de los principales actos sería el de la conmemoración de la batalla de Caseros aquella que había derrocado a Rosas, veinte años atrás.
Al evento habían sido invitados, la viuda de Don Ambrosio Crámer y los directivos de la Empresa Ferroviaria, cuya corporación estaba integrada por los británicos: Edward Lumb, su Titular, adinerado empresario y hacendado; el Gerente General Edward Banfield, el Ingeniero John Fair; los vocales Henry Green, Henry Harratt, Thomas Armstrong y George Drabble, también los representantes argentinos: Federico Elortondo, José Gregorio de Lezama y Ambrosio Plácido de Lezica; entre otras personalidades de aquel entonces.
Habían transcurrido ya dos meses desde que Samuel y Felicitas se vieron por primera vez y el amor entre ellos se afianzaba día tras día. Aquellos preparativos también incluían una reunión, esa jornada en la quinta de Barracas, para anunciar su compromiso y los pormenores de la futura boda con su prometido.
Mientras tanto durante el decurso de la jornada, su obseso pretendiente, había estado bebiendo en la «Confitería del Gas» (que recibiera su nombre, por los once faroles a gas que iluminaban su calle y que estuviera ubicada en la esquina de las actuales calles Rivadavia y Esmeralda, donde hoy día se alza la Plaza Roberto Arlt, ya que fuera demolida con el correr del siglo pasado). Los tragos habían comenzado a entonar a Enrique, quién enfurecido, cegado por los celos de su amor frustrado, enfermizo y obsesivo acrecentado por los efectos del alcohol y tanto más por los chismes que corrían como reguero de polvora sobre la relación que la viuda de Álzaga mantenía con Sáenz Valiente, fue que decidió tomar un carruaje hacia la mansión de Barracas. Una vez en la finca de los Guerrero, visiblemente ebrio y con temperamento agresivo, insistió que le urgía verla.
A poco de regresar a su quinta, Felicitas, que había estado de compras por el centro de la ciudad, fue interceptada de inmediato por su tía Tránsito Cueto quién nerviosamente, le avisó que su indeseable pretendiente preguntaba por ella, con la excusa de devolverle algunos regalos y viejas cartas. Por lo cual Felicitas le rogó que lo despidiera con cualquier excusa ya que no quería reunirse con él. Su Tía se dirigió al encuentro de Enrique, quien aguardaba en el escritorio para disuadirlo, al menos ese día, pero fracasó en su intento. Sin embargo, ante la insistencia del individuo volvió a informar a Felicitas quien terminó por acceder a atenderlo. Otra vez no supo decir no y le pidió a su tía que él la esperara, entonces, en la sala de invitados. Aun así se mostraba inquieta en entablar una conversación con Enrique.
Era un día muy importante para ella y para su prometido y no quería que se viera empañado por su viejo pretendiente, subió a sus habitaciones para dejar sus pertenencias y sus compras. Se puso el vestido elegido para la fiesta, bajó al comedor, y después de dirigirse al jardín poblado de invitados, saludó a su familia, a su prometido y luego pidió que la excusaran pues debía ir unos minutos al interior de la casa, enterada de la presencia del acosador de Felicitas, su amiga —Albina Águeda Casares y Rodríguez Seguí— se ofreció sin éxito para acompañarla, pidiéndole que no interviniera, explicándole que decidió hablar con él en privado, sin llevar ningún acompañante. Una vez en el escritorio, que se hallaba separado del comedor por un corredor y un pasillo, estaba aguardándola un ofuscado Enrique Ocampo. Su hermano Antonio Tomás Saturnino Guerrero y Cueto (de 14 años de edad) y su primo segundo, Cristián Demaría (de 22 años), la escoltarían en secreto y escucharían a través de la ventana del jardín para protegerla. Estaban atentos a todo lo que iría ocurriendo.
Mía… o de la tumba fría !!!
Una vez en aquel recinto, donde la estaba esperando Enrique Ocampo -Según los testigos-, ebrio y fuera de sí, -al que pretendía quitarse de encima para siempre-, entre reproches y otros comentarios igualmente intimidantes, le preguntó directamente a Felicitas: –“¿Te casás con Samuel o conmigo?”… La joven fue rotunda en su declaración, entonces, le confesó que estaba enamorada de su prometido, con quién se desposaría, y que -de él- no esperaba más que una amistad. Ocampo no soportó ser relegado una vez más, enfurecido por aquel último rechazo y, rompiendo la discreción inicial del diálogo, desde otras partes de la mansión comenzaría a escucharse una fuerte, violenta y agria discusión en la que su acosador continuaba echándole en cara que hubiera elegido casarse con Samuel y no con él.
Tras lo cual extrajo un revólver de entre sus ropas y exclamó: “¡O te casas conmigo o no te casas con nadie!” (sería la frase que resonaría en la memoria de los testigos y que marcaría del trágico desenlace). Al percatarse del arma, Felicitas intentó huir con rapidez a través del jardín ubicado entre la mansión y el oratorio familiar—sitio en que actualmente se encuentra sacristía de la iglesia Santa Felicitas— pero su pretendiente disparó varias veces contra ella, al tiempo que profirió una maldición: “Te mataré una y mil veces” el arma — una Lefaucheux calibre 12mm./48- bramó con sordas detonaciones y dos de los disparos la penetraron por la espalda, hiriéndola a la altura del omóplato derecho y en la columna vertebral.
Al escuchar los disparos que sucedieron a los agravios, su primo Cristián, su hermano Antonio y su padre Don Carlos José Guerrero y Reissig -quién había llegado instantes antes, alarmado por los gritos proferidos por Ocampo durante los últimos momentos de la discusión-, entraron intempestivamente a la habitación, arrojándose sobre el agresor. En la actualidad, Josefina Guerrero, sobrina nieta de Felicitas, nieta de Antonio (7 de marzo de 1857 – 10 de enero de 1938), en una nota que diera el 27 de noviembre de 2011 al periodista Sebastián Aranguren, relataría la verdadera historia conocida sólo en la intimidad de la familia, transmitida por quienes fueron protagonistas directos del dramático fin de Felicitas y que por más de un siglo fue un secreto bien guardado por los Guerrero. Josefina declararía oportunamente:
“Decidí empezar a contar lo que pasó el día que Enrique Ocampo le disparó a Felicitas y a su hermano Antonio, que tenía 14 años y fue mi abuelo, para rememorar como se sucedieron los hechos la tarde de la tragedia. Felicitas iba a celebrar su compromiso con Samuel Sáenz Valiente, de quien se había enamorado para dejar atrás su relación con Ocampo, quien no aceptó la ruptura y amenazó con matar a su pretendida. Ocampo llegó a la casa de la familia y esperó que Felicitas volviera de hacer unas compras, mientras los invitados a la fiesta se iban apersonando. Ambos se reunieron a solas en una habitación pero los dos jóvenes, Antonio, que tenía 14 años, y el primo Cristian Demaría, imaginaron que algo malo podía ocurrir… Así fueron testigos de los dos balazos que Ocampo le disparó a Felicitas, uno en el hombro y el otro, a la postre mortal, en columna. El novio despachado también tiró contra mi abuelo, pero el proyectil apenas le rozó la cabeza mientras Cristián se lanzaba sobre el agresor, le quitaba el arma y le disparaba un tiro en la boca. En realidad, Ocampo murió antes que Felicitas, que lo hizo doce horas después tras una cruel agonía”…
Luego de que cayera Enrique tras el forcejeo y el tiro letal en el rostro, su hermano -sin rasguños por el disparo fallido- corrió hacia el jardín donde yacía herida Felicitas, aun entre los gritos de la gresca y las detonaciones, el asesino yaciendo dando sus últimos estertores sobre el suelo de la sala, aun manando sangre por la herida. Este expiraría casi de inmediato aunque nunca antes se había contado en detalle la realidad de los hechos y, por décadas, rondaron dudas tales como: si lo mataron a propósito, si el tiro fue accidental producto del forcejeo o si se suicidó utilizando su propia arma. Otras versiones afirmarían que los familiares de Felicitas le dispararon a quemarropa, dato que ahora, más de un siglo de ocurrido el hecho, se puede corroborar a través del relato familiar.
Felicitas fue trasladada a sus aposentos y atendida, tiempo después, por los doctores Manuel Blancas -un conocido médico porteño- y Mauricio González Catán. Según un posterior informe de ambos médicos que la revisaron: las balas le habían perforado el pulmón derecho y, en el ángulo superior interno, el otro proyectil, se habría desviado fatalmente dirigiéndose hacia la columna vertebral, dañando seriamente la médula espinal afectándola severamente, también, algunos órganos se habrían visto impactados por la fragmentación del plomo, provocándole varios focos hemorrágicos internos. Felicitas, quien agonizó durante largas horas entre terribles dolores y una severa dificultad para respirar –probable Hemoneumotórax-, expiraría al día siguiente, en la mañana del 30 de enero de 1872.
Luego de que fueran tomadas las declaraciones a los diferentes testigos, el doctor Ángel Justiniano Carranza, juez de la causa, cerró el caso por la muerte de Enrique, caratulándola como “suicidio”, en su informe oficial: “El asesino se disparó al corazón con el mismo revólver que usó para atacar a Felicitas y murió”. La noticia horrorizó a la sociedad de su tiempo y conmovió al país. Entre las varias versiones, que circularían entre la élite porteña, una de ellas afirmaba que, su primo segundo -supuestamente amado en secreto- al oír los disparos que pusieron fin a la vida de Felicitas, concurrió a la habitación del hecho y, al encontrarse con la terrible escena, habría forcejeado con Ocampo disparándole en el pecho o este resultaría muerto por un tiro escapado accidentalmente de su propia arma; otra de las versiones cuentan que fueron los hermanos y el Padre de Felicitas quienes ejecutaron a Ocampo luego de lo sucedido o, también, que fuera en legítima defensa por parte del arma de un caballero presente en la fiesta. Los diarios de la época catalogaron como “crimen pasional” al que, (en la actualidad sería el primer femicidio documentado) y que tuvo enorme relevancia entre la aristocracia de aquel entonces, aunque no abundaron en detalles, tal vez para no dar más amplitud al escándalo. El impacto sería tan fuerte que sus padres, herederos de toda la fortuna, decidirían, construir tiempo después, una iglesia en su honor, en el mismo lugar donde había terminado su existencia.
Acta de Defunción de Felicitas:
Encabezado: “5 Pesos” (Sello de Franquicia y Firma) y “Provincia de Buenos Aires 1872” (Sello Oficial).
Texto manuscrito: “Don Ramón R. García, Reverendo de esta Iglesia Metropolitana y cura rector de San Pedro Telmo, certifica que en el libro de muertos del presente año, al folio 8910, se halla la siguiente partida: en treinta de Enero de mil ochocientos setenta y dos el inscripto Cura de la parroquia de San Pedro Telmo dio licencia para sepultar el cadáver de Doña Felicitas Guerrero de veintiséis años de edad, natural de esta ciudad, domiciliada en Barracas al norte, de estado viuda de Don Martín de Álzaga, que murió el día de la fecha, según el testimonio del doctor Rosendo Castro…”
Y, la Muerte, los volvería a cruzar…
Luego de que se realizara la misa de responso en la Basílica del Pilar, el féretro de cristal que albergaba el cuerpo de la malograda Felicitas fue subido a la carroza que la llevaría hasta su lugar de descanso, en el Cementerio de la Recoleta, a pocos metros de allí. La casualidad, una burla del destino o ¿¡quién sabe qué otro designio!?, hizo que ambos cortejos fúnebres se encontraran en la puerta del Camposanto, las carrozas que llevaban a la familia Guerrero y Cueto se cruzaron entre un denso silencio de miradas inquietantes, con la de la familia de Enrique Ocampo, quién no había recibido el sacramento religioso de la extremaunción pues -para la iglesia- su muerte se consideró como un suicidio. Aun hoy, los restos de ambos infortunados, están depositados en aquella necrópolis de la ciudad de Buenos Aires.
La muerte, sin embargo, no representaría el final para Felicitas Guerrero. La hermosa joven viuda, que llevara una vida difícil pero a la vez plena de privilegios y un próspero porvenir, quedó inmortalizada, aun tras de su cobarde asesinato, en una leyenda urbana que persiste hasta nuestros días…
Una Breve Biografía de Felicitas
Una vida entre la riqueza y la tristeza
Felicia Antonia Guadalupe Guerrero y Cueto había nacido en Buenos Aires el 26 de febrero de 1846 y considerada como la “mujer más bella de Argentina” en su época. Hija primogénita de Doña Felicia Cueto y Montes de Oca y Don Carlos José Guerrero y Reissig, Perteneciente a una de las familias más acaudaladas del círculo exclusivo de la ciudad porteña y era el objetivo de conquista de todos los hombres de la alta sociedad de aquel entonces.
Acompaña estos párrafos el facsímil del Acta de Nacimiento de Felicitas.
El 1 de marzo de 1870 fallecería Don Martín Gregorio de Álzaga y Pérez Llorente, su esposo que le llevaba 32 años, con quién se había casado el 2 de junio de 1864, cuando ella tenía 18 años y él 50, y cuya salud se había visto seriamente afectada desde la epidemia de años anteriores. En ocasión de aquella inminente boda, a pesar de que había rogado a sus Padres que no permitieran conceder su mano en matrimonio, la jovencita no fue escuchada y se impondría la conveniencia de sus progenitores por sobre su voluntad. Por ende no le había sido nada fácil adaptarse a la vida en pareja, ni dejar los hábitos de su casa familiar para convertirse en una esposa obediente y dedicada como otras de su época. Sin embargo, todo adquirió otros matices cuando dos años después de su boda se convertiría en madre por vez primera y se abocaría de lleno a sus deberes maternales.
Aun así, el destino le tenía preparado otros tantos dolores a Felicitas. En 1869, el 3 de octubre, en medio de la epidemia de fiebre amarilla que llegó a matar al 8% de la población local, se extinguiría la vida de su primogénito -tras agonizar durante varios días-, Félix Francisco Solano de Álzaga Guerrero, de sólo 3 años de edad, que había nacido el 24 de julio de 1866. La repentina y temprana muerte del niño fue un cimbronazo para el matrimonio, que hundió a ambos en una profunda depresión, siendo mucho más dura para Don Martín.
Intentando salir adelante tras semejante pérdida, ya con 24 años, y el embarazo avanzado de su segundo hijo, Martín de Álzaga Guerrero -que fallecería al nacer al día siguiente-, quedaría viuda aunque poseedora de la gran fortuna que Álzaga le había legado como heredera absoluta de todos sus bienes.
Su belleza, su riqueza, su carácter independiente la hacía más atractiva por su actitud que distaba mucho de lo que se esperaba de una joven en el siglo XIX ya que, para la época fue una mujer avanzada, tal como lo afirman varios cronistas. Pero, aunque solo pudo hacerlo durante muy poco tiempo consiguió tomar las riendas de su vida; decidió con quien se iba a casar la segunda vez, sin ya tener que someterse a la autoridad paterna, también gestionó las tierras que poseía; incorporó vacunos y distintas razas de ganado a sus estancias. La suma de todas esas virtudes fueron razones más que suficientes para destacarse como la mujer más solicitada por decenas de pretendientes de la alta sociedad de la creciente ciudad de Buenos Aires, quiénes asistían junto a ella a las veladas en los salones literarios y las reuniones de los círculos exclusivos de aquella élite.
Sin embargo, desde su adolescencia, sería deseada y posteriormente acechada por un empecinado y obsesivo Enrique Ocampo, quien terminaría con su vida en forma drástica, el 30 de enero de 1872. Aquel dramático suceso inspiraría la imaginación muchos de escritores y cineastas, la investigación revisionista de los historiadores y el nacimiento del mito entre los ciudadanos de su época -y aun en la actualidad- de la ciudad de Buenos Aires. Más allá de la leyenda y de los mitos que se han generado alrededor de la figura de la joven, la vida de Felicitas Guerrero pone en escena la opresión de las mujeres en esa época.
La construcción de una Iglesia en su honor
Iglesia Capilla Santa Felicitas
Luego del fuerte impacto provocado por el luctuoso episodio, los padres de Felicitas -sus únicos herederos-, desconsolados y ante tanto dolor decidieron ordenar la construcción de una iglesia en su honor en el mismo lugar en donde había fallecido el 30 de enero de 1872. Siete años después, el 30 de enero de 1879 la Iglesia de Santa Felicitas abrió sus puertas. La obra le fue encargada al arquitecto Ernesto Bunge. La iglesia sigue existiendo en Buenos aires, situada sobre la calle Isabel La Católica 520, entre las calles Brandsen y Pinzón, ubicada frente a la Plaza Colombia (antigua Quinta Álzaga) en el barrio porteño de Barracas, donde se hallaba la finca de los Guerrero. Junto a ella está el actual Instituto Santa Felicitas de San Vicente de Paul y debajo de las construcciones, el Antiguo Oratorio de Álzaga, los túneles de 1893 y el templo escondido.
La iglesia no posee un estilo arquitectónico definido aunque se la considera “la única de estilo ecléctico con influencia de neogótico alemán que quedó en pie en todo el mundo y la única con estatuas de figuras terrenales”. En su interior pueden observarse combinaciones de estucos, mármoles y diversos detalles pictóricos de mérito. Posee tres altares realizados en mampostería policromada, el piso de mosaicos españoles y 28 vitrales de origen francés de gran valor patrimonial realizados por Gustave Pierre Dagrant, los cuales se hallan distribuidos a lo largo de la nave principal y en los laterales de los tres altares que conforman el crucero, algunos de ellos conformados por santos conocidos y otros poco conocidos. En el retablo y Altar de San Martín de Tours, se aprecia en un vitral a Santa Ludmila y en la nave central a Nuestra Señora de Guadalupe y a San Félix. Su originalidad consiste en que están formados por un nicho principal con la imagen de la Virgen del Rosario tallada en madera policromada y dos vitraux iluminados por picas de gas de carburo. Las arañas, con tubos de gas de carburo, poseen adornos de caireles en cristal de roca y también se aprecia un reloj inglés con carrillón de la firma John Moore & Sons, de 1873, originario de Clerkenwell. El órgano del recinto fue construido en Alemania por la casa Walcker y consta de 783 tubos. En los jardines linderos se yergue una reproducción de la Gruta de Lourdes del escultor Juan Bellotti, el constructor Manuel Domenighetti y cuya obra fuera dirigida por el ingeniero Gustav Kreutzer, inaugurada el 8 de diciembre de 1898.
Según puede apreciarse, a lo largo de todo el crucero hay vitrales que según dicen algunos relatos, algunos de ellos son en memoria y honor de los miembros de la familia Guerrero, aunque no hay quien pueda confirmar este dato.
Felicitas en la Cinematografía, el Teatro, la Música, el Arte y la Literatura
Desde el inicio del nuevo milenio, con la implementación de las “políticas de género” -en Argentina-, debido al alarmante crecimiento de asesinatos de mujeres por parte de sus cónyuges o ex parejas, la figura del femicidio como crimen que implica generalmente una relación vincular, otrora llamado crimen pasional, comenzó a reflotarse la trágica historia de Felicitas, muerta por la mano de su despechado pretendiente.
A partir de ese momento, y más allá de sus fantasmagóricas incursiones que forman parte del arraigo de las leyendas urbanas porteñas, volvió a estar bajo el foco de innumerables notas periodísticas, blogs y la investigación del revisionismo histórico que plasmaron su malogrado romance en libros, obras teatrales, documentales televisivos, 2 películas y hasta algunas representaciones pictóricas.
Inmortalizada, entonces, entre los relatos de sus apariciones post mortem y aquellas que evocan su triste final, he aquí algunas de las expresiones artísticas que le han devuelto el protagonismo:
Versiones del Cine:
“El retrato de Felicitas” de Alexis Puig (2001).
El retrato de Felicitas es una película documental ficcionada sobre la historia de Felicitas Guerero y la leyenda urbana desarrollada en torno a ella, con guión y dirección de Alexis Puig, estrenada el 12 de enero de 2001 en el marco del ciclo “Buenos Aires Rojo Sangre” en el Teatro General San Martín.
En aquella oportunidad Alexis Puig declaró sobre el filme:
”…se trata de un telefilm dividido en una historia real y una leyenda urbana que se emitirá el año que viene en History Channel. La historia real narra la vida de Felicitas Guerrero, una mujer que vivió a mediados del 1800 en Barracas y que murió asesinada por un amante. Luego de morir, los vecinos comenzaron a ver su fantasma en la Iglesia Santa Felicitas. Es una leyenda muy instalada en ese barrio, los vecinos la conocen y crecieron con este mito…”
Ficha técnica:
- Fotografía: Adrián Dagotto
- Protagonistas: Jean-Pierre Noher / Martín de Álzaga
Raquel Soaje / Felicitas Guerrero
Pancho Ibáñez / Enrique Ocampo
Jorge Dorio / Don Carlos Guerrero
Nicolás Scarpino / Samuel Sáenz Valiente
Mike Christophersen / Cristián Demaría
Santiago Odiard / Antonio Guerrero, hermano de Felicitas
Alejo Massat / el niño Félix
Alexis Puig / el pintor
- Duración: 45 minutos
Productora: CM Producciones
“Felicitas” de María Teresa Constantini (2009).
Felicitas es una película dramática romántica que narra la trágica historia de amor de dos jóvenes desgarrados por la pasión y el deseo en tiempos de guerras sangrientas, la plaga de la fiebre amarilla y la carrera desbocada hacia el progreso social. Basada en la vida de Felicitas Guerrero, dirigida por María Teresa Constantini, la película, estrenada el 11 de junio de 2009, cuenta la trágica y breve vida de Felicitas guerrero y Enrique Ocampo.
Sinopsis
La historia transcurre en la Buenos Aires de 1862. Felicitas es una hermosa adolescente que está enamorada de Enrique Ocampo y ambos son muy felices juntos a pesar de lo que dice la familia de ella. El film, si bien está ambientado en esa época y respeta algunos de los hechos puntuales de la vida de la joven viuda que fuera considerada la más hermosa de la república, también está salpicada de situaciones no fidedignas que hacen más a una historia romántica de época con tintes pasionales shakespearianos que a un relato detallado de los sucesos que llevaron al dramático final que todos conocemos.
Ficha técnica:
- Asistente de dirección: Aldo Romero
- Dirección Artística: Cristina Nigro
- Guión: Graciela Maglie, Sabrina Farji, Félix Augusto y Teresa Correa Ávila
- Fotografía: Lula Carvalho
- Música: Nico Muhly
- Sonido: Carlos Abbate
- Montaje: Laura Bua
- Vestuario: Beatriz Di Benedetto
- Protagonistas: Luis Brandoni / Don Martín de Álzaga
Sabrina Garciarena / Felicitas Guerrero
Gonzalo Heredia / Enrique Ocampo
Jorge Dorio / Don Carlos Guerrero y Reissig
Ana Celentano / Dª Felisa Cueto y Montes de Oca
Michel Noher / Samuel Sáenz Valiente
Nicolás Mateo / Cristián Demaría
Santiago Odiard /Antonio Guerrero, hermano
Antonella Costa / Manuela
José Luis Alfonzo / Escobar
Ana Canga Mina / Alba
- Producción: Margarita Gómez
- Duración: 128 minutos
- Productora: Buenos Aires Producciones
Obras de Teatro:
“Felicitas o las niñas mudas”de Adriana Tursi (2022).
Sinópsis: El famoso caso de Felicitas Guerrero sube a escena en una obra de Teatro. Cuando su marido muere, Felicitas se reencuentra con Enrique, un antiguo amor. Pero antes de que ella decida formalizar la relación con él, se cruza en su camino otro joven, Samuel, al que ella elige como el hombre con quien compartir el resto de su vida. Enrique, celoso de esta relación, acaba con su vida. La obra relata esos últimos minutos de su vida, cargados de amor y de tragedia. La trama amorosa sigue aún hoy resultando inquietante para muchos. El unipersonal “Felicitas, o Las niñas mudas”, habla sobre el primer femicidio de las clases altas argentinas, en tener repercusión pública, el ataque se produjo a plena luz del día, en una casa repleta de invitados que pertenecían a las familias más acomodadas de Buenos Aires, fue asesinada por la espalda por el hombre que decía amarla. Este espectáculo formó parte del evento: IV Festival Nacional de Teatro sobre Violencia de Género.
Actúa: Silvina Muzzanti / Geraldine Farhat
Música Original: Geraldine Farhat
Cantantes: Marcela Brito y Kanky Kozameh
Vestuario: Paula Molina
Escenografía: Sabrina López-Hovhannessian
Diseño de espacio y de luces: Giorgio Zamboni y Claudio del Bianco
Banda de sonido y Música original: Sergio Vainikoff
Fotografía: Nahuel Lamoglia (Diseño gráfico), Mariano Silvestrini
Asesoramiento coreográfico y Asistencia de dirección: Julieta Tucci / Iraitz Gómez Cabrera
Producción: Domènica Teatral
Puesta en escena y Dirección: Laura D´Anna
Duración: 60 minutos
Clasificación: Teatro, Adultos.
Opiniones y comentarios de dramaturgos, investigadores y críticos:
- “Si en un monólogo la palabra es, por definición, el elemento sustantivo, el potente texto de Adriana Tursi logra conjugar ese logos con la expresión de su opuesto: el silencio, la palabra ahogada, la imposibilidad de decir. Felicitas o las niñas mudas convoca al fantasma de la que aparece como la primera víctima de un femicidio que conmovió a la opinión pública en nuestro país -antes, habrá habido muchas otras que han sido olvidadas, claro está-: Felicitas Guerrero, asesinada por un pretendiente desairado el 30 de enero de 1872. La excelente actuación de Silvina Muzzanti le aporta cuerpo y gesto al encierro femenino de esta niña de clase alta, tan rebelde como sometida al dictado familiar y social; la dirección de Laura D´Anna envuelve esa actuación en climas visuales y sonoros conmovedores. Muy acertada la elección del tul como único y pregnante elemento escénico.” Graciela Sarti- Doctora en Historia y Teoría de las Artes, Facultad de Filosofía y Letras, UBA. Miembro de la Asociación Argentina de Críticos de Arte; de Asociación Argentina de Estudios Americanos, ASAECA, de Comisión Directiva de la Maestría en Estudios de Cine y Teatro Argentino y Latinoamericano, Facultad de Filosofía y Letras, UBA.
- “Felicitas o las Niñas mudas “. Silvina Muzzanti es una actriz con muchas herramientas expresivas. Supo interpretar la obra con delicadeza y profundidad. La dirección de Laura D’Anna y su puesta de luces, la música, las voces y los tules crean climas que llegan muy profundamente. Lamentablemente, estas niñas mudas nos siguen hablando ahora.” Catalina Julia Artesi. Directora del Área de Investigación sobre Las Mujeres en las Artes del Espectáculo. Instituto de Artes del Espectáculo, Universidad de Buenos Aires.
- La obra de Adriana Tursi, Felicitas o las niñas mudas, es una de esas obras que a mí me dejan huella. Algo que no se olvida. Me envolvió en sus tules – esos mismos que en el escenario crean una atmósfera onírica en la que la protagonista irá entendiendo a tientas, paso a paso, el fin de su propia historia-, estremeciéndome. Compenetrada con su descubrimiento, como si no hubiese conocido el desenlace histórico, yo, espectadora, viví en cuerpo propio su desesperado sentir. Gilda Bona- dramaturga.
- “Pocas veces se aúnan todos los lenguajes del espectáculo teatral, para ofrecer una obra poética y contundente como sucede con Felicitas o las niñas mudas. Desde la interpretación, Silvina Muzzanti logra con su entrega y de modo impecable, recorrer y transmitir climas y sensaciones implícitos en el texto, que conmueven profundamente a los espectadores. Los momentos finales de la vida de Felicitas -quien podría haberlo tenido todo- se ven truncados por la incomprensión de un mundo dominado, tanto ayer como hoy, por los hombres.” Adriana M. Carrión- Investigadora – Instituto de Artes del Espectáculo (FF y L, UBA).
“Felicitas Guerrero, Misterio o Milagro” de Damián Centurión y Adrián Di Stefano (2022).
Sinópsis: A la manera de un recuerdo vívido se desarrollan en la obra teatral los hechos más importantes y trascendentales de los últimos tramos de la existencia de Felicitas Guerrero, los celos y la violencia de un joven despechado que truncaron su existencia, llenando de misterio el desenlace, su relación imaginaria con los personajes que influyeron en su vida, el mito y la leyenda que rodean su recuerdo y las fantasías que aún hoy despierta su figura.
A cargo de la Compañía artística Tatán, con la actuación de: Mateo Aguirre, Rocio Armocida, Damian Centurión, Adrián Di Stefano, Carlos Duquene (Director de actores), Joaquín Facchini, Tomás Gómez, Gian Lucca Passarelli, Virginia Palermo, Valeria Saavedra (Asistente de dirección), Daniela Sabino y Beatriz Torres.
Diseño de vestuario: Liliana Sopa
Puesta en escena y Dirección general: Adrián Di Stefano
Duración: 70 minutos
Clasificación: Teatro, Presencial, Adultos.
En la Música:
En 2013 Martín Sardella y Ricardo Pereyra crean el Proyecto: “7 Mujeres, 7 Historias, 7 Canciones” con el apoyo del Fondo Metropolitano de las Artes del Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Felicitas”, tal es el nombre de ésta canción, lleva la poesía de Martín Sardella, la Música de Ricardo Pereyra (también en Piano) y la Voz de Alejandra Schiuma, en Guitarra: Sergio Blanco.
En las Artes Plásticas:
FELICITAS GUERRERO Pintura por Mir Lusewix (2012).
Obra de arte original: Óleo Abstracto, Pintura libre con imágenes figurativas sobre la historia de Felicitas Guerrero
Dimensiones: Altura 70cm, Ancho 50cm.
Acerca de esta obra de arte: Clasificación, Técnicas & Estilos Oleo Pintura.
Oleo
Pintura compuesta por pigmentos unidos con aceite de linaza o claveles. La técnica tradicional consiste en superponer capas de pintura cada vez más ricas en aceite para una percha sólida y duradera.
Técnica Pintura
La pintura es una forma artística de pintar sobre una superficie mediante la aplicación estética de fluidos de colores. Los pintores representan una expresión muy personal en soportes como papel, roca, lienzo, madera, corteza, vidrio, hormigón y muchos otros sustratos. Obra de representación o invención, la pintura puede ser naturalista y figurativa, o abstracta. Puede tener contenido narrativo, descriptivo, simbólico, espiritual o filosófico.
“Felicitas Guerrero, la mejor cazavampiros de la Argentina”. Caricatura por Valentín Massara (2013).
Obra de arte original: Técnica Tradicional libre con imágenes figurativas sobre la historia de Felicitas Guerrero
Información de la Participación en Concurso: Obra surgida del Concurso Dibujando.net / Tema: Caza Vampiros
Categoría: Mensual/ Nº Imágenes: 1 / Publicado: Lun, 21/10/2013.
Descripción del concepto de la obra: Subvirtiendo un personaje histórico. Felicitas Guerrero (1846-1872) era la mujer más deseada por los solteros de la ciudad de Buenos Aires (una especie de Penélope sin Odiseo) debido tanto a su belleza y a sus propiedades como por su habilidad para cazar vampiros. Murió de una manera tan trágica para ella como pintoresca para las generaciones posteriores, que han contado su historia como si de una leyenda se tratara. Fue asesinada a los 26 años por un novio despechado (un chupasangre, aunque de otra especie), lo que nos sugiere la siguiente moraleja: no hay peor monstruo que el hombre.
Sobre el autor: Cichy (Valentín Massara), Buenos Aires, Argentina.
En la Literatura:
Resumen y Sinopsis de FELICITAS GUERRERO, libro de Ana María Cabrera.
Editorial Emecé (2011)
“El crimen de Barracas va a modificar notablemente nuestras costumbres sociales, y a producir una revolución en los salones. Deploramos el fin trágico de esa distinguida y virtuosa señora, víctima del furor de un hombre enamorado’. Así comentaba el diario La Nación el asesinato de Felicitas Guerrero, ocurrido la tarde del 29 de enero de 1872. Considerada ‘la mujer más hermosa de la República’, viuda de Martín de Álzaga, a los veinticuatro años Felicitas hereda una enorme fortuna que la convierte en la joya de los salones porteños. La combinación de belleza, sensualidad y dinero atrajo a los solteros más distinguidos de Buenos Aires, que la asediaban día y noche. Pero ella se enamoró de Samuel Sáenz Valiente. Enrique Ocampo, uno de sus pretendientes, despechado y loco de celos, la mató en su quinta de Barracas. En el lugar del crimen, los padres de la víctima erigieron una capilla que hasta el día de hoy alimenta las más insólitas leyendas. Luego de una investigación exhaustiva, Ana María Cabrera escribió la novela que desentraña los misterios de este caso durante años rodeado de silencio”.
Nota sobre el texto : la novela Felicitas Guerrero de Ana María Cabrera ha servido de texto base para una tésis de traductorado a lengua italiana presentado en la Università Ca’ Foscari de Venezia, por parte de la Master en Traducción Editorial, Lic. Martina Tortato, publicada en Febrero de 2013, con el título: “Felicitas Guerrero, entre historia y literatura. Análisis filológico traductivo de la novela de Ana María Cabrera”. En palabras del resumen:
“El estudio se constituye de tres capítulos: el texto original elegido, su traducción al italiano y un detallado análisis traductivo. En este ultimo apartado, después de una introducción a la novela, se analiza el texto original: su estilo, su función, sus lectores y las referencias culturales que marcan la narración. Se examinan las teorías de la traducción y, en particular, las que han sido relevantes para este trabajo. En el análisis filológico – contrastivo se señalan las diferencias entre los dos idiomas (español e italiano), presentando una serie de interesantes retos traductológicos y justificando dichas elecciones traductivas. En la parte dedicada al léxico se tratan los nombres propios, los topónimos, los términos técnicos, las figuras retóricas, los falsos amigos y el uso de la jerga. A nivel sintáctico se presta atención a las perífrasis, a las diferencias sintácticas entre los 2 idiomas y las estructuras típicas que recurren en la novela. Ha sido un duro trabajo de investigación y traducción”.
Copyright: Martina Tortato, Tesi di laurea (dall’anno accademico 2011/2012) © 2013.
Resumen y Sinopsis de “Felicitas Guerrero de Álzaga: Historia de una trágica pasión”, libro de Mabel Pagano.
Ediciones del Boulevard (2005)
La Autora, quién ha escrito varios relatos sobre algunas de las mujeres más influyentes de la historia sudamericana, destaca también a Felicitas Guerrero de Álzaga, de entre un grupo de figuras por su lucha en otras épocas: la adinerada dama porteña que fuera asesinada a balazos por Enrique Ocampo. Considerándose el primer femicidio del país., y que ya forma parte de las leyendas y los mitos urbanos del país.
Desde hace 25 años, la escritora bonaerense Mabel Pagano, se dio cuenta que: “…la historia ha postergado a muchísimas mujeres determinantes y que por eso la mayoría de sus libros hacen foco en la figura femenina”… Entre sus mujeres, la autora dice sobre Felicitas: “no es un personaje heroico pero es una bella historia de amor y tragedia, que la mayoría de las mujeres que la leyeron, han disfrutado“. La riqueza de recursos en el desarrollo de la historia la hace aun más interesante y atrapante en su minucioso relato.
Inicia con una Felicitas Guerrero que es obligada por sus padres, a los 16 años, a casarse con Martín de Álzaga, un rico hacendado de la provincia de Buenos Aires y siete años más tarde, queda viuda… Según el Periodista Miguel Calá: “La Escritora Mabel Pagano nos cuenta la vida de Felicitas desde una óptica no tratada con anterioridad… Trabaja con mucha inteligencia la técnica de las cartas privadas convertidas en documentos que se van entrelazando en un relato muy bien logrado. Lo sigo con mucho interés, está muy atractivo. Me ha sorprendido”.
Otras obras que mencionan el caso de Felicitas:
- Familias Argentinas, Carlos Jáuregui Rueda y J. Herrera Vegas, Ed. Callao 1823, Bs.As., 2003.
- Historias inesperadas de la Historia Argentina. Tragedia, misterios y delirios de nuestro pasado, Daniel Balmaceda, Ed. Sudamericana, 2011.
- Las mil y una curiosidades de Buenos Aires, Buenos Aires, Ed. De Los Cuatro Vientos, 2007.
- Martín de Álzaga. Bernardo Lozier Almazán, Ed. Ciudad Argentina, Buenos Aires, año 1998.
- Un drama pasional: (la tradición de Santa Felicitas). Oscar C. Bermudez, Imp. y encuadernación, Cuyo 1434, 1906.
- Amores argentinos: Secretos y verdades de dieciséis pasiones célebres, Jorge A. Camarasa, Editorial Planeta, 1998.
- Barracas: Su historia y sus tradiciones, 1536-1936, Enrique Horacio Puccia, Talleres Gráficos de la Compañía General Fabril Financiera, 1968.
- Indias Bancas, de Florencia Bonelli, Ed. Plaza y Janés, 2005. (la protagonista, una “dama de sociedad” de la Buenos Aires de fines del siglo XIX, asiste a una misa de recordación de Felicitas).
Datos sobre el Arma Homicida
El Lefaucheux fue un revólver militar francés proyectado por Casimir Eugéne Lefaucheux en 1851 -de quien lleva su nombre-, considerado como el primer revólver que empleaba cartuchos metálicos en ser adoptado por una nación. Con el correr de los años sería fabricado, también, en otros países (entre 1858 y 1865), principalmente en Bélgica. En sus inicios, el calibre adoptado correspondía al cartucho 12 mm., equivalente a un .48 (en pulgadas), aunque existen otras variaciones como la Lefaucheux-Francotte de Calibre 11,45 mm. de percusión central adoptada por el ejército danés o la M 1858 de Calibre 10,7 mm. como el utilizado por la Marina Imperial del Reino de Sardegna. Se estima que, en total, se produjeron unas 130.000 unidades. En ambos casos se calcula que el proyectil alcanza una velocidad media de 168 metros por segundo en cada disparo.
Era un arma de entre 29,5 cm. y 31 cm. de largo, con un peso aproximado de 1.090 gr. de acción simple en los modelos civiles (requiere de amartillarse con el pulgar antes de apretar el gatillo) o doble en los modelos militares (realizando la primer acción o, simplemente, apretando el gatillo), con un tambor para 6 balas, con un armazón abierto, con miras delantera y trasera, cuya recarga se realizaba del lado derecho del armazón a través de una portilla creada para tal fin, que también se utilizaba para eyectar los casquillos disparados sirviéndose del uso de una varilla eyectora ubicada en paralelo al cañón de 4 estrías de 15,5 cm. de largo, de forma cilíndrica en su parte anterior, y octogonal en su parte posterior. El tambor poseía unos salientes diseñados para detener su rotación, favoreciendo una correcta alineación entre el ánima y la recámara.
Curiosamente, sería el mismo tipo de arma (aunque de Calibre 7mm.) con la que hallaría la muerte -a sus 37 años-, el pintor holandés Vincent Van Gogh en Auvers-sur-Oise, el 27 de Julio de 1890.
Con respecto a su munición, el cartucho de espiga, (en el que la cápsula fulminante está dentro del casquillo y cerca de la base, siendo detonada por una pequeña varilla de metal o espiga que sobresale radialmente y en el extremo opuesto a ésta) fue inventado por Casimir Lefaucheux en 1828 y patentado recién en 1835, fue uno de los primeros diseños efectivos de cartucho metálico aunque quedaría obsoleto una vez que estuvieron disponibles cartuchos más fiables de percusión anular y central, ya que al no tener una espiga que necesita ser alineada en la ranura de la recámara se cargaban con mayor rapidez. Además eran más seguros, porque no tenían una espiga sobresaliente que podía detonar accidentalmente el cartucho al ser manipulado con tosquedad, en particular con cartuchos sueltos. El cartucho pesa 17.75 gramos, de los que 12.8 pertenecen a la bala de plomo sin envoltura y 0.8 a la pólvora negra superfina para cacería. La historia de éste tipo de cartucho está firmemente ligada al desarrollo de las armas de fuego de retrocarga (aquellas cuyas municiones son insertadas desde la parte posterior del cañón, sumamente convenientes al contener la cápsula fulminante, la pólvora y la bala en una unidad más segura, rápida y sencilla de recargar y disparar que las armas de percusión con pólvora suelta ya que eran muy eficientes en clima húmedo) que dejaron en la obsolescencia a las de avancarga (éstas utilizaban una cápsula fulminante, pólvora, estopa y una bala, componentes, -éstos últimos 3- cargados en el cañón con el uso de un taco y una baqueta). Los cartuchos de espiga estuvieron disponibles en una gran variedad de calibres para armas de diferentes tipos y modelos.
En 1852, luego de la muerte de su padre, Eugéne Lefaucheux continuó popularizando exitosamente, en Europa, el diseño de espiga. Los revólveres y otras armas de similares características, frecuentemente llamados Lefaucheux, asociando su nombre al del cartucho más allá de quién fuera su fabricante, fueron producidos desde mediados de 1850 hasta entrado 1890. Serían también empleados durante la Guerra de Secesión, en los Estados Unidos, aunque poseían una potencia inferior en su calibre comparados con los Colt y otras armas de percusión. Algunas armadas también los adoptaron y los modelos “Navales” comenzaron a fabricarse de latón, ya que no afectaba a la munición por la corrosión que produce el salitre marino.
Las Lesiones de Felicitas
Felicitas Guerrero recibió dos disparos certeros por la espalda, a una relativa corta distancia, aunque debido a la precariedad de los datos que podían ser recabados en la época, no existen reportes médicos forenses de aquel entonces que pudieran describir con exactitud la dimensión de las lesiones que provocaron su muerte.
Sabemos que los proyectiles ingresaron por área dorsal, uno debajo del omóplato derecho (línea media escapular / hemitórax posterior derecho) otro que destrozaría su médula espinal, presumiblemente entre las vértebras T6 y T9 (Torácicas 6ª y 9ª), fueron disparados por un revólver Lefaucheux M1858, calibre 12mm. (cartucho: 12mm. x 17mm.)
Que alcanza una velocidad de 168m/s y cuyo proyectil tiene un peso de 12,8gr. Disparados desde unos 5 mts. de distancia aproximadamente.
Es muy posible que la herida de bala que impactó en la columna vertebral hubiera causado una o más fracturas en las vértebras y el eventual daño en la médula espinal. Las vértebras, que son los huesos que forman la columna vertebral y protegen la médula espinal, la cual es muy delicada y, por ello está resguardada dentro del conducto raquídeo, -muy seguramente- se vieron fracturados y hasta fragmentados. Cuando la Joven recibió uno de los disparos en ese área, la penetración del proyectil pudo causar que la médula espinal se hubiera cortado o desgarrado, o bien dañado por el aplastamiento, dando como resultado una pérdida de las funciones por debajo del punto de la lesión, que además es -en extremo- dolorosa. Cabe recordar, que los relatos sobre la agonía de Felicitas, mencionan un lastimoso sufrimiento.
Por otra parte, el proyectil que ingresó bajo el omóplato, directo al Pulmón derecho, produjo, probablemente, una severa destrucción tisular por el desgarro del tejido golpeado por el proyectil (causando una cavidad permanente, como mecanismo principal de la herida), dañando al pulmón y parte de las vías respiratorias. La suma de un traumatismo contuso por fuerza (orificio de entrada con notable energía cinética que también resultaría en la fractura de las costillas circundantes al ingreso) y una lesión penetrante debida a la capacidad de inserción de la bala resultaría en un colapso del pulmón, provocando que el aire salga del mismo y se acumule entre el éste y la pared torácica pudiendo, eventualmente, filtrarse hacia la piel del tórax o del cuello. Probablemente, en el caso de Felicitas, también podrían haber resultado en una acumulacíon de sangre en el espacio pleural generando un posterior colapso pulmonar, en este caso un hemoneumotórax que provoca una creciente dificultad respiratoria. Cabe también recordar que el dolor torácico agudo, de carácter punzante, característico de esta lesión, aumenta su intensidad progresivamente y una tos seca persistente provocada por la irritación de la invasión hemorrágica que afecta las vías respiratorias. Generalmente el dolor comienza a afectar la región axilar extendiéndose hacia el hombro y la espalda (puntada de costado) se exacerba notablemente con cada nueva inspiración que agrava la dificultad respiratoria derivando posteriormente en un shock y cuyo desenlace es un paro cardíaco potencialmente mortal.
El final de la vida de Felicitas transcurrió entre dos profundos focos de dolor y la angustiante desesperación de quien intenta vanamente tomar unas bocanadas de aire que, con cada respiro, se tornan más y más limitadas, dificultosas y torturantes. La vida se le fue apagando inmersa en un profundo sufrimiento que se prolongaría por alrededor de 12 horas de agonía.
El Fantasma de Felicitas
Del Mito a la Leyenda Urbana
Dos disparos por la espalda y la maldición proferida por su despechado sicario (“Te mataré una y mil veces”) fueron suficientes para que jamás pudiera descansar en paz. Con el transcurso de las décadas se convertiría, para muchos, en el fantasma más célebre de la Ciudad de Buenos Aires. Inmortal en su tragedia, devenida en un mito por las innumerables elucubraciones que se irían tejiendo a través de los tiempos y luego por su figura espectral que, en cada aniversario de su dramática muerte y bajo la tenue luz de las primeras noches de luna menguante, cual alma en pena que se precie de tal, ronda por los patios de la iglesia que lleva su nombre, desde aquellos primeros testimonios sobre sus apariciones, hasta el presente. Según explica la guía turística, Sra. Demicheli, encargada de las visitas al predio de la Iglesia: “Una vez muerta Felicitas, su nana observó una sombra blanca atravesar el lugar. Espantada, salió corriendo, provocando un accidente que le costó la vida. Ahí nació el mito”.
Los Mitos
Desde los más inocentes y carentes de sentido, hasta aquellos cargados de tintes trágicos y retorcidos, la figura de Felicitas y su triste final han suscitado toda clase de relatos fantásticos y hasta pavorosos. Más allá de sus apariciones que suman infinidad de testimonios, otro aspecto de esta historia roza la superstición y las devociones populares.
Según una tradición afianzada desde el siglo pasado, que consiste en que mujeres que desean casarse -cada 30 de enero-, atan un pañuelo blanco en los barrotes de las rejas que circundan la iglesia y éste apareciera húmedo a la mañana siguiente, sería por las lágrimas de Felicitas, augurando que el amor esperado llegará y se permanecerá para siempre, significando que la infortunada joven les estaría deseando suerte para que no les suceda lo mismo que a ella. Otras personas prefieren algo más simple como pasar su mano por las rejas mientras van pidiendo por ese ser amado a quien desean permanezca junto a sí, se dice que eso bastaría para que regrese y caiga rendido a sus pies.
El mito más arraigado, que suele infundir cierto temor entre las personas que asisten a la iglesia es que si alguien inadvertida o voluntariamente tocara o rozase la estatua que representa a Felicitas junto a Félix, su primogénito fallecido antes que ella, las desgracias lo perseguirán. A causa del mito surgido de la trágica historia de su asesinato sumado a la muerte de su hijo Félix, nadie ha querido bautizar a sus hijos en esa iglesia, tanto así que, además, las parejas reúsan a casarse en aquel lugar.
En la fotografía que acompaña este texto podemos apreciar el detalle de la escultura de Felicitas junto a su hijo, ambos tomados de la mano y con los ojos cerrados, típico de aquella época en que, incluso se había difundido la costumbre de tomar fotografías a los fallecidos para conservar el recuerdo de su imagen tal y como lucían cuando estaban con vida, muchos de ellos eran retratados con los ojos cerrados. A esa costumbre nacida en la época Victoriana, se la llamó: Memento Mori (Memoria de la Muerte).
Ciertos autores sostienen que su cuerpo está enterrado en algún sitio oculto de la iglesia, algo que queda desmentido por los registros oficiales, el cuerpo de Felicitas descansa en el cementerio de la Recoleta. Otros relatos, entre ellos los de antiguos residentes de la zona, que algunas desdichadas parejas, tal vez en un pacto de amor, se habrían arrojado desde su torre aunque constan registros de tales muertes.
Por su parte, el mito hace disgustar a las autoridades eclesiásticas encargadas de conservar y mantener el servicio religioso del templo. El Presbítero, Dante Galeazzi, quién fuera sacerdote de aquella iglesia por más de 15 años, solía estallar en enojos: “Lo del fantasma es mentira. Y todo lo que se hace alrededor es una estafa, sólo confunden a la gente”, El cura a cargo de la parroquia negaba tales habladurías y aclaraba: “no hay ni hubo casamientos” sencillamente porque “esta iglesia no es una parroquia, por lo cual no tiene autorización eclesiástica para ese sacramento ni libros para tal cometido”, dando por terminada toda discusión. Abrupto, sostenía que, en Santa Felicitas: “quien entre en dicha Iglesia hallará que no hay un pasillo central para que los contrayentes puedan cruzar, puesto que los bancos ocupan todo el ancho de la nave”.
La Leyenda Urbana
En los años que sucedieron a la inauguración de la Iglesia, en los finales del siglo XIX y al comienzo del XX, cuando la urbanización de la zona aumentaba sustancialmente la población de los alrededores, los vecinos del lugar empezarían a relatar que se escuchaban pasos en la nave de la iglesia durante las noches, cuando ya estaba cerrada y en silencio, así inició a gestarse la leyenda del fantasma de Felicitas. Algunos aseguran que el 30 de enero de 1972, cien años después de la muerte de Felicitas, las campanas de la Iglesia repicaron por sí solas sin que nadie interviniera. Otros, adhieren a aquel cuento que confirma que cada anochecer del 30 de enero o en aquellas noches en que la luna comienza a transitar su cuarto menguante, una mujer vestida de novia vaga llorando por los jardines del templo. No falta quien afirma haber observado a Felicitas deambular, por los patios o dentro de la iglesia, para confirmar el viejo mito de su fantasma merodeando el lugar, reforzando aquellos viejos relatos de los vecinos del siglo XX que, se sentaban con sus banquitos en el umbral a la espera de ver pasar el espectro de la desdichada joven.
Otras voces, como la de la arquitecta Ellen Hendl, quien es la coordinadora general de las visitas al Complejo Histórico Santa Felicitas -en charla con la periodista Romina Smith- , recopilando testimonios para conocer qué sucedía realmente en aquel sitio durante las décadas del 30, 40 y 50, afirma que: “hay quienes juran escuchar campanas que se agitan solas o haber sido testigos de tragedias y amores rotos, y que varias parejas evitan dar el sí en este lugar. Otros relatan que hubo novios y novias que se arrojaron desde su torre. Todas leyendas”… “Pero es cierto, muchos opinan que su historia trágica espanta a cada pareja que quiere contraer matrimonio”, apunta la arquitecta. “El mito –agrega– indica que nadie desea casarse acá porque trae mala suerte”. Hendl, además explica que: “No está claro el porqué de las apariciones del fantasma de Felicitas comenzaron alrededor de 1930, casi 50 años después de su muerte”.
En la imagen que acompaña: el Museo Felicitas y el edificio de la Iglesia.
Así empezaría a generarse la leyenda del fantasma de Felicitas, en los relatos de memoriosos vecinos de los alrededores quienes cuentan que, desde hace décadas, las campanas suelen agitarse solas, no sólo en la fecha del Aniversario de la Muerte de Felicitas sino en cualquier otro momento del año, hasta en los testimonios de quienes aseguran haber visto su Espectro u oído sus pasos y su angustioso llanto. De cualquier modo, fuese una verdad irrefutable o una rotunda farsa, en el barrio prefieren mantener con vida a la leyenda. Sin embargo, más allá del mito y las creencias, hay un misterio que inquieta a todo aquel que se detiene frente a las rejas de la Iglesia, decenas de gatos que parecen estar custodiando tenazmente los patios aledaños a la Iglesia, se detienen a observar a todo aquel que se acerque, sostienen fijamente la mirada y permanecen en silencio como si estuviesen en guardia, protegiendo un secreto o algo que no alcanzamos a comprender. Varias veces se ha intentado erradicarlos pero siempre regresan y conservan un mismo comportamiento.
Las Apariciones
En su columna del 31/01/11: “La leyenda de Felicitas Guerrero y el fantasma de un templo en Barracas “, la periodista Romina Smith, describe las apariciones: “Dicen que aparece de blanco. Que carga con lo que queda de un viejo vestido de época. Otros dicen que no: que en realidad es una túnica mortuoria, más acorde con sus desgracias. La ven llorar”.
Por otra parte, el Periodista Walter Raymond, en su nota del Martes 29 agosto 2017: “Una muestra más del lado sobrenatural de Buenos Aires. Una historia de amores contrariados que fundan otro mito urbano”, explica: “Que los fantasmas femeninos vistan casi siempre de blanco no es capricho del más allá. Tal registro está relacionado con la antigua costumbre de vestir o amortajar a las mujeres jóvenes con un símbolo de pureza terrenal. Quizás se buscaba con ello que su espíritu fuera bien recibido o considerado con respeto en el limbo al que partiría”.
Tal y como consta en párrafos anteriores, se presume que comenzó a aparecer en 1930, unas cinco décadas con posterioridad a su dramático deceso. Aunque, posiblemente haya sido vista anteriormente a lo mencionado en aquellos registros pero, o bien no trascendieron o fueron callados por varios motivos que desconocemos. Cada 30 de enero, de todos modos, suele aparecerse, vuelve a pasearse con su blanca mortaja por los patios, el atrio o la sacristía de aquella iglesia que lleva su nombre y que desde siempre lleva la impronta de su leyenda y el espanto que provoca en sus testigos. El fantasma, como la mayoría de los fantasmas, arrastra su origen trágico, repitiendo una y otra vez, el derrotero de su penosa marcha en aquel sitio donde encontrara la muerte, desde aquel entonces y durante años. La leyenda narra que a pesar de su enorme fortuna y una belleza cautivante para los cánones de su tiempo, quedó inmersa en un destino de desgracias y muerte. Sin embargo, su leyenda destaca por sobre todas las demás, hay quienes se arriesgan a afirmar que la maldición proferida por su despechado pretendiente le impide alcanzar el eterno descanso, muerta una y mil veces, perdurando más allá de la muerte, su fantasma vive atrapado en aquel predio, recreando su dolor a través del tiempo, incluso a veces, otros mencionan haberla oído llorar, víctima de un lamento tan angustioso que logra hacer erizar la piel.
Cuando aparece Felicitas Guerrero -según los testigos que afirman haberla visto-, lo hace vistiendo un vestido blanco de época. En algunos casos, otros aseguran que viste un atuendo raído que serían los jirones de un antiguo vestido, otros dicen que se trataría de una túnica mortuoria. En muchos casos suele mencionarse que, quienes la han visto de espaldas alcanzaron a apreciar una mancha parda a la altura de la escápula que sería de su propia sangre. Su fantasma suele pasearse por el templo dedicado a su memoria y a Santa Felicitas -una mártir del siglo II- (única iglesia que pertenece al gobierno de la ciudad de Buenos Aires) y, muy a pesar de las autoridades religiosas que niegan su existencia, ya que los comentarios negativos, han llegado a ahuyentar a miembros de la feligresía.
Extrañamente, a unos 58 kilómetros de aquella Iglesia, en Domselaar, municipio de San Vicente, un pequeño pueblo ubicado al sur de la Ciudad de Buenos Aires, sus habitantes manifiestan sensaciones pavorosas cuando se acercan a la atracción principal de la zona: el Castillo Guerrero, construído en el Siglo XIX, que se destaca entre los árboles por su figura majestuosa y cuasi-fantasmagórica.
Sin embargo, los habitantes y visitantes de la residencia parecieran no percibir sensación alguna en aquel palacio, es que allí -se comenta- merodea el espectro de la mujer cuya vida acabara en tragedia, Felicitas Guerrero.
Terminada su edificación en 1872, once meses después de la muerte de la joven viuda, algunos vecinos se animan a afirmar que su espectro ronda por los lindes de aquel palacio y surgen testimonios de quienes aseguran haber visto la aparición atravesando el lugar, otros señalan desde lejos los puntos de los avistamientos asegurando que la mujer fantasmal que ronda el edificio no es otra que la malograda Felicitas.
Sin temor a la verdad, Josefina Guerrero sobrina nieta de Felicitas -actual propietaria del Castillo- afirma que los fantasmas de cuyos vecinos cuentan, “no son reales” y recordó que su célebre antepasado nunca habitó en ese castillo, reconoció -en cambio- que: “Es cierto que la gente del pueblo acá no viene y si pasa, no se queda ni un minuto. Realmente le tienen un miedo visceral al castillo”, luego recordó que alguna vez llegó a sobresaltarse cuando inexplicablemente, escuchó pasos en la escalera de madera durante las altas horas de la noche.
¿Qué son las Apariciones Fantasmales?
Según un concepto en común surgido de las definiciones de un sinnúmero de diccionarios, enciclopedias y libros que suelen tratar estos temas, tanto en el folclore como en las leyendas y las creencias más arraigadas en muchas culturas, los fantasmas (del griego φάντασμα, significa: “aparición“), serían –supuestamente- almas en pena o espíritus errantes de seres ya muertos, tanto humanos como animales, que suelen manifestarse entre los vivos de manera perceptible (a través de sonidos, aromas o de manera visible), generalmente relacionados a lugares con los cuales presentan un vínculo familiar, en determinadas condiciones o durante fechas específicas; tales como las que formaban parte de su cotidianeidad mientras se hallaban con vida o asociadas, muchas veces, con sus personas cercanas, en el caso de las almas de aquellos fallecidos que, en muchos casos, comienzan a formar parte de una coexistencia natural entre la entidad desencarnada y los habitantes del lugar que suele frecuentar. Otras apariciones fantasmales estarían, supuestamente, relacionadas con seres del plano espiritual (Demonios, Hadas, Duendes, etc.) y -muy raramente- con quiénes aún estarían vivos (Bilocación o Doppelgänger). Suele decirse que las manifestaciones tendrían como propósito, comunicar a los testigos del fenómeno sobre algún asunto pendiente en su búsqueda por resolverlo o advertir sobre algún suceso inminente, hay casos documentados de quienes, en casos críticos, se hacen presentes ante sus allegados para dar aviso sobre su propia muerte en el mismo momento en que ésta ocurre (accidente, enfermedad o muerte natural) o tiempo después, aún a varios kilómetros de distancia. También –las apariciones- podrían responder a la imposibilidad o quizás a la negación por trascender a un plano superior (u otra dimensión) ya sea por causa de alguna maldición que los ancla a este plano, al descontento o a la no-aceptación de su estado post-mortem al que reúsan reconocer (Ej.: Muerte repentina o accidental) ni acostumbrarse, manifestando ciertos fenómenos físicos (Ej.: desplazando objetos o provocando ruidos y desorden) en su entorno (poltergeist), generalmente relacionados con algún acontecimiento análogo o en un sitio concreto o bien, por la necesidad –o la condena (en los Suicidas)- de revivir los últimos instantes de su existencia a modo de bucle atemporal, que los llevaría a repetir una y otra vez un mismo comportamiento recreando una misma situación, en un infructuoso intento por aferrarse a la existencia material. Existen, también, los casos denominados como: Aparición inducida (Sesiones Espíritas, Tabla Ouija, Ritos Mágicos, etc.), en la cual, el fantasma es invocado o convocado a aparecer con la intención de entablar cierta comunicación o para que se manifieste su presencia.
Por lo tanto, las Apariciones de Felicitas podrían enmarcarse dentro de algunos de estos conceptos: Se comenta que, su alma en pena, suele manifestarse en la fecha que conmemora su muerte, deambulando por los sitios que solía frecuentar y que les eran familiares, “corporizándose” en condiciones similares al momento en que murió, (entre el 4to y 5to día posterior al plenilunio, correspondiendo a la fase lunar predominante durante el momento de su deceso), incluso hay testimonios que describen, tras su paso, una mancha parda sobre su espalda, plasmada en su blanca vestimenta, podríamos suponer que estaría vagando sin comprender que carece ya de un cuerpo físico, procurando -tal vez- encontrar el momento exacto previo a su muerte física para conseguir continuar con los planes de vida que había trazado y que le fueran truncados oportunamente, o quizás sea víctima de la maldición proferida por su asesino: “- Te mataré una y mil veces !!!…”
Teorías sobre las Apariciones Fantasmales
Si bien, más allá de los testimonios de algunos observadores o registros fílmicos y fotográficos de diferentes procedencias y épocas, es importante recordar y destacar que, hasta la fecha, no existe una evidencia científica sólida y concluyente que respalde ninguna de estas teorías a modo de una explicación definitiva para las apariciones fantasmales.
Algunas de las más difundidas teorías sobre las apariciones fantasmales son meras especulaciones y no han sido comprobadas empíricamente. La naturaleza misteriosa de estos fenómenos de apariciones fantasmales continúa siendo un enigma y es permanente objeto de debate y estudio en diferentes campos como la parapsicología, la física cuántica y la psicología, aunque las ciencias duras mantienen una firme postura escéptica respecto a la existencia de fantasmas.
Los Fantasmas en las Creencias Culturales y Religiosas:
Algunas “apariciones fantasmales” pueden estar influidas por creencias culturales y religiosas. En diversas culturas, se cree en la existencia de espíritus o almas errantes que se manifiestan después de la muerte. Ya, en los textos de muchas Religiones Ancestrales, podemos encontrar versículos y relatos de entidades incorpóreas a las que podríamos identificar, más allá del nombre con el que hayan sido mencionadas, las reconocemos vulgarmente como fantasmas. En el Hinduismo, por ejemplo, la tradición en la creencia por los fantasmas y espíritus es común. Existe la creencia arraigada que los espíritus de los ancestros pueden influir en la vida de los vivos y se realizan rituales para honrarlos. En algunas variantes del Budismo, como es el caso del budismo tibetano, se cree en la existencia de espíritus errantes o fantasmas hambrientos, cuyos rituales y ofrendas se realizan con el fin de ayudarlos a encontrar el camino hacia la paz. En la religión japonesa del Shinto, conocida como Shintoísmo, en cambio, creen en la existencia de espíritus llamados “kami”, a los que se los venera como espíritus de antepasados o de los lugares naturales, a los que se les rinde respeto y reverencia. La creencia en espíritus y fantasmas es parte integral de la cosmología del Taoísmo chino, a cuyos espíritus se realizan rituales y ofrendas para
apaciguarlos y evitar su influencia negativa. En países como Vietnam, Laos y Camboya, las creencias de estas Religiones del Sudeste Asiático, a menudo involucran espíritus guardianes de lugares y antepasados que pueden influir en la vida diaria, cabe destacar que al igual que en otras locales, los rituales y ofrendas son parte esencial para mantener una relación armoniosa con estos espíritus. Es importante tener en cuenta que en cada una de estas tradiciones y creencias del Asia Central, Sudeste Asiático y Lejano Oriente, los rituales pueden variar no sólo en la intensidad sobre la creencia en fantasmas, sino que puede ser diferente aún entre los grupos que se hallan dentro de una misma cultura o religión.
En las Religiones indígenas, alrededor del mundo, la creencia en espíritus y antepasados es fundamental y se cree que éstos juegan un papel activo en la vida cotidiana, se les honra a través de rituales y ceremonias. En lo que se refiere a las Religiones nativas americanas, las diferentes tribus tienen sus propias cosmovisiones y creencias espirituales, que a menudo incluyen conexiones con la naturaleza, espíritus guardianes y antepasados. Los rituales, danzas y ceremonias son medios importantes para honrar a estos seres y mantener el equilibrio espiritual. Por otra parte, en las Religiones chamánicas, tanto aquellas de América del Norte como las de Siberia y Mongolia, los chamanes, a través de sus prácticas ancestrales, actúan como intermediarios entre el mundo humano y el mundo espiritual ya que creen en la comunicación con espíritus, animales y seres sobrenaturales para obtener orientación y curación. Ya, en las primeras civilizaciones Europeas, en las Culturas Nórdicas y Germánicas antiguas, existían creencias en una variedad de seres sobrenaturales como dioses, elfos y nornas que influían en el destino humano. En la actualidad, algunas personas exploran estas creencias a través del neopaganismo y la reconstrucción histórica.
Muchas Religiones tribales africanas creen en la existencia de espíritus ancestrales y deidades que influyen en la vida de las personas, los rituales y las ofrendas son formas de mantener una relación armoniosa con estos espíritus, que suelen informar a través de los sueños los buenos y malos augurios para la comunidad tribal. De igual modo, en las Religiones africanas tradicionales, regadas en muchas partes de África, involucran la adoración y el respeto a los espíritus de los antepasados, así como a deidades asociadas con elementos naturales para la que, los rituales y festivales son esenciales para mantener una conexión espiritual con estos seres, es así que, diversas culturas en África tienen creencias en espíritus, ancestros y divinidades que influyen en la vida cotidiana. La relación con estos seres espiritualmente significativos es mantenida a través de un sinnúmero de prácticas que son la base de las Religiones afroamericanas como el vudú haitiano, la santería cubana y el Umbanda, el Kimbanda o el Candomblé en Brasil, en cuyas tradiciones, se cree en la existencia de espíritus y deidades que pueden afectar la vida de las personas, tanto positiva como negativamente, en ella, los practicantes pueden procurar la ayuda y protección de estos espíritus para diversos propósitos.
Más actuales, las Religiones espiritistas, a través de la práctica de invocación mediúmnica, el espiritismo, busca establecer comunicación con los espíritus de los fallecidos. Surgió en Francia, en el siglo XIX y se ha expandido a nivel mundial, con variaciones en diferentes regiones. El espiritismo kardeciano, por ejemplo, se basa en las enseñanzas de Allan Kardec siendo popular en Brasil y en Argentina, a través de Entidades como la Iglesia Científica Basilio y otros Centros Espíritas. También, entre las Religiones místicas modernas, algunas tradiciones esotéricas y místicas contemporáneas, como la Wicca y la Nueva Era, incorporan creencias en espíritus, energías y seres espirituales en sus sistemas de creencias.
Estas breves descripciones de algunas de las creencias que incorporan fantasmas y espíritus entre sus protagonistas, sólo intentan ilustrar acerca de cómo el concepto de lo espiritual, lo espectral y las entidades desencarnadas forman parte del inconsciente colectivo de innumerables culturas y credos está latente en la psique de quienes las profesan, aunque los ritos e invocaciones, puedan variar ampliamente según la región y las comunidades específicas dentro de una misma tradición.
La Creencia en Fantasmas inducida por Miedos, Fobias, Sugestión y otros factores:
La creencia en apariciones fantasmales también podrían ser explicadas por ciertos efectos psicológicos tales como el miedos, las fobias y la sugestión que, de varias maneras, crean confusión en quién las padece, alterando sustancialmente la percepción. De hecho, cuando las personas creen fuertemente en la existencia de fantasmas, sus mentes alcanzan, eventualmente, a crear Pseudo-percepciones sobre supuestas apariciones. Cabe recordar que las creencias variar según la región y la comunidad específicas.
El miedo a lo desconocido o a lo inexplicable, es básicamente el origen de la creencia en los fantasmas. Muchas personas suelen temer a la idea de que los espíritus de los fallecidos estén presentes y puedan interactuar con el mundo de los vivos ya sea acechándolos y intentando dañarlos. Este miedo es, frecuentemente, influido por experiencias personales, historias culturales o religiosas y la percepción de ciertos eventos que se tornan inexplicables. A su vez, la creencia en fantasmas, entre otros seres del imaginario popular puede intensificar los miedos existentes, ya que algunas personas llegan al punto de preocuparse por ser observadas o perseguidas por presencias invisibles.
Las fobias, en cambio, son miedos intensos y desproporcionados, incluso absurdos, hacia objetos, situaciones o animales específicos. La creencia en fantasmas puede contribuir a la formación de fobias, como en el caso de la espectrofobia, que es el miedo irracional a los fantasmas. Las personas con espectrofobia pueden sentir ansiedad extrema cuando se encuentran en lugares oscuros o desconocidos, ya que temen la presencia de espíritus. Estas fobias pueden limitar la vida diaria de las personas, afectando su bienestar emocional.
En lo que respecta a la sugestión, ésta, juega un papel importante en la creencia en fantasmas. Aquellas personas que están abiertas a la posibilidad de la existencia de seres sobrenaturales, son, por lo general, más propensas a interpretar eventos, coincidencias o situaciones inexplicables como evidencia de actividad paranormal. La sugestión puede ser influida por los relatos de otras personas, películas o literatura de terror, experiencias personales o por el deseo de encontrar significado a todo aquello, a primera vista, incomprensible. Las personas sugestionables pueden estar más inclinadas a creer en fantasmas debido a su disposición a aceptar explicaciones sobrenaturales.
Sin embargo, hay otros factores que influyen a incrementar la creencia en entidades fantasmales y la tendencia al pensamiento mágico. Cada uno de ellos, si bien comparte muchos rasgos comunes, también destaca características propias. La creencia en fantasmas puede ofrecer un sentido de significado y control en situaciones difíciles o traumáticas. Aquellas personas que enfrentan pérdidas o han transitado por eventos dolorosos y traumas intensos, pueden recurrir a la creencia en espíritus como una forma de lidiar con el duelo, de procesar y dar sentido a sus experiencias y sentir que siguen conectadas con sus seres queridos fallecidos y pueden sentir que los espíritus de quienes murieron en circunstancias trágicas siguen presentes y buscan comunicarse. Esas suelen Experiencias traumáticas reforzar la idea de que los espíritus lo cuidan y lo vigilan puede brindarle consuelo emocional. Las personas con tendencias a la Personalidad cognitiva hacia la superstición y el pensamiento mágico pueden ser más propensas a creer en fantasmas. Estas personas pueden tener una mentalidad más abierta a lo sobrenatural y pueden interpretar eventos coincidentes como evidencia de actividad paranormal. Además, las personalidades más ansiosas o preocupadas pueden ser más susceptibles a la creencia en fantasmas debido a su tendencia a anticipar lo peor.
Las experiencias inexplicables, que no tienen una justificación obvia pueden influir en la creencia en fantasmas. Eventos extraños o inusuales pueden ser interpretados como interacciones con el mundo espiritual. Estas experiencias pueden convertirse en ilusiones perceptivas, efectos psicológicos o simples malentendidos, aunque contribuyen a fortalecer la creencia en lo paranormal por otra parte, la cultura y contexto el social en el que una persona crece pueden moldear sus creencias. En algunas culturas, la creencia en fantasmas es una parte integral de la tradición y la religión, lo que facilita su adopción. Además, las historias compartidas en la familia, los amigos o los medios de comunicación pueden fomentar dicha creencia. Sin embargo, algunas personas sienten una innata curiosidad y fascinación que les desarrolla un deseo de conexión con lo desconocido y lo sobrenatural. Por ende, la creencia en las manifestaciones fantasmales puede brindarles la oportunidad de explorar mundos invisibles y misteriosos. Este deseo de conexión con lo inexplicable puede aumentar la probabilidad de adoptar una firme convicción. En otros casos, un factor influyente se desprende de la exposición a programas de televisión, películas, libros y juegos, la influencia de medios de comunicación y entretenimiento que presentan fantasmas y actividad paranormal puede llevar a algunas personas a internalizar estas representaciones y creer en la existencia de tales fenómenos.
En conjunto, estos factores y tendencias psicológicas pueden interactuar de manera compleja para influir en la creencia por lo sobrenatural. Las personas pueden ser atraídas a creer en esas entidades por una variedad de razones, que van desde la búsqueda de un significado hasta la necesidad de controlar las situaciones inciertas.
Una combinación de experiencias personales, tendencias cognitivas, contextos culturales y sociales, así como deseos emocionales y psicológicos, puede dar forma a la creencia en fantasmas. Estos factores pueden variar de persona a persona y contribuir a una amplia gama de creencias y actitudes hacia lo paranormal. El efecto de confirmación, forma parte de esa combinación, esta ocurre cuando las personas buscan y prestan atención a la información que confirma sus creencias preexistentes, mientras ignoran o descartan información que las contradice. Esto puede llevar a un ciclo de recurrencia en el cual, las personas, creen cada vez más en fantasmas a medida que encuentran más ejemplos que respaldan su creencia. Otras personas suelen desarrollar un cierto deseo de trascendencia ante la idea de que hay algo más allá de la vida terrenal, una especie de significado que va más allá de la vida material. La creencia en las manifestaciones espectrales logra satisfacer este deseo al sugerir que el espíritu de una persona continúa existiendo después de la muerte. De todos modos, la muerte es un evento desconocido y a menudo aterrador para muchas personas. La creencia en aparecidos puede proporcionar un sentido de control al sugerir que hay una continuidad después de la vida y que los fallecidos pueden tener un impacto en el mundo de los vivos. En esa combinación de experiencias personales, algunos individuos pueden adoptar la creencia en lo sobrenatural impulsados por cierta Presión social para sentirse aceptadas por parte de un grupo que comparte esas mismas ideas. Esto puede ser particularmente fuerte si el círculo social o la comunidad en la que se encuentran valora y refuerza la creencia en lo paranormal.
En otro orden, se encuentran aquellas personas que han pasado por experiencias que los han conectado a “otra realidad” o bien poseen ciertas facultades extra-normales o sensibilidades poco comunes. En estos individuos se refuerza la idea y la creencia en lo extraordinario debido a sus propias vivencias. Aquellos que han experimentado EEC (Experiencias extracorpóreas), en las que sienten que están fuera de sus cuerpos (Ej.: Viajes Astrales), podrían interpretar estas experiencias como interacciones con un mundo espiritual. Esto puede alimentar la creencia fantasmal y en la posibilidad de existir en un estado más allá del cuerpo físico. Algunas otras afirman tener la capacidad de percibir energías sutiles o campos electromagnéticos que no son detectables para la mayoría. Estas percepciones podrían interpretarse como interacciones con presencias espirituales y contribuir a la creencia. Aquellos individuos que han tenido ECM (Experiencias cercanas a la muerte) a veces informan haber tenido encuentros con seres o entidades en el “otro lado”. Estas experiencias pueden reforzar la creencia en la vida después de la muerte y en la posibilidad de que los espíritus interactúen con los vivos. También, los sueños lúcidos o vívidos en los que las personas sienten que interactúan con seres fallecidos pueden aumentar su creencia en fantasmas y la idea de que pueden comunicarse con el más allá.
En resumen, la creencia en fantasmas puede incrementarse bajo la influenciada de los miedos a lo desconocido, todas aquellas fobias relacionadas con la presencia de espíritus o la sugestión sobre la posibilidad de eventos sobrenaturales. Estos factores pueden interactuar y reforzarse recíprocamente, creando un círculo vicioso y dando lugar a una creencia arraigada en la existencia de fantasmas. Sin embargo, varios otros factores psicológicos pueden incidir en la creencia en fantasmas. Todos ellos, generalmente, menos frecuentes o más inusuales pueden tener un impacto en la creencia sobre la existencia de fantasmas para ciertas personas. Cabe destacar que la interacción de múltiples factores, tanto comunes como extraordinarios, puede dar forma a las convicciones sobre este fenómeno, de una persona en relación con el mundo paranormal.
Trastornos Psicológicos, Neurofisiológicos y Clínicos asociados a las Alucinaciones Místicas:
Algunas experiencias de avistamientos de fantasmas podrían estar vinculadas a trastornos neurológicos, como en los casos de epilepsia del lóbulo temporal, que puede provocar alucinaciones vívidas, visuales, auditivas o emocionales intensas, experiencias éstas, que podrían interpretarse erróneamente como encuentros con fantasmas; o a enfermedades psiquiátricas como la Psicosis y los Trastornos Psicopáticos. La creencia enfermiza en fantasmas y los avistamientos frecuentes pueden estar asociados con varios trastornos psicológicos. Algunas condiciones médicas o neurológicas pueden provocar alucinaciones, percepciones alteradas y experiencias inusuales. Las personas con estas condiciones pueden interpretar sus experiencias como interacciones con espíritus o entidades sobrenaturales.
Los daños neurofisiológicos también pueden estar relacionados con experiencias que llevan a la creencia en fantasmas, por ejemplo:
Daño en el lóbulo temporal, en esta área del cerebro puede causar alucinaciones, distorsiones en la percepción del tiempo y el espacio, y sentimientos de presencias inexplicables. Estos síntomas podrían contribuir a la creencia en la existencia de fantasmas.
Daño en la corteza parietal, éste, puede llevar a experiencias fuera del cuerpo, donde alguien siente que está viendo su propio cuerpo desde fuera. Esto podría ser malinterpretado como una experiencia de tipo fantasmal.
Encefalopatía, ciertos tipos de daño cerebral o enfermedades pueden causar encefalopatía, lo que podría llevar a confusiones cognitivas y perceptuales que se asemejen a experiencias paranormales.
El trastorno delirante (o trastorno de ideas delirantes) lleva a experimentar creencias delirantes persistentes y falsas que no son regidas por la lógica o la evidencia. Quienes la padecen creen firmemente que están siendo perseguidos por espíritus, que están siendo observados constantemente por fantasmas, o que pueden comunicarse con los muertos. Por su parte, pacientes con trastorno disociativo de la identidad (anteriormente trastorno de personalidad múltiple) pueden experimentar identidades múltiples, cambios de personalidad y sentirse desconectados de sí mismos pudiendo atribuir sus experiencias disociativas a la influencia de espíritus o seres sobrenaturales. En cambio, quienes sufren el Trastorno de personalidad esquizotípica pueden tener pensamientos poco convencionales, incluyendo la creencia en eventos paranormales y fantasmas, creyendo a percibir señales o indicios ocultos en situaciones cotidianas y desarrollar ideas mágicas o supersticiosas. Algunos individuos con esquizofrenia llegan a tener alucinaciones auditivas o visuales que interpretan como interacciones con fantasmas u otras entidades sobrenaturales. Estas experiencias pueden ser intensas y reforzar la creencia en eventos paranormales. Otro trastorno menos común es el Síndrome de Capgras, donde una persona cree que alguien cercano ha sido reemplazado por un impostor. Aunque no está directamente relacionado con fantasmas, podría haber una superposición de síntomas con la creencia en presencias espectrales. Por su parte, el Síndrome de Cotard, se caracteriza por la creencia del individuo de que está muerto o que partes de su cuerpo están desapareciendo. Las personas que sufren de este síndrome podrían percibirse a sí mismas como espectros o fantasmas.
Las personas con trastorno de personalidad narcisista pueden tener creencias grandiosas sobre sí mismas y ser propensas a atribuir experiencias inusuales a causas sobrenaturales. Esto podría llevar a la creencia en fantasmas como una forma de mantener su propia importancia y singularidad. En el caso de quienes manifiestan trastorno de personalidad borderline (límite) a menudo experimentan cambios extremos en la percepción de sí mismas y de los demás. Pueden tener momentos de intensa paranoia y creencias en conspiraciones o influencias sobrenaturales en sus vidas. Para los que padecen del trastorno psicótico breve, caracterizado por episodios cortos de psicosis, que pueden incluir alucinaciones y delirios. Durante estos episodios, los individuos pueden tener experiencias perceptivas distorsionadas y creer en la presencia de fantasmas u otras entidades sobrenaturales. En el trastorno de identidad disociativo (anteriormente trastorno de personalidad múltiple), las personas pueden experimentar cambios significativos en su identidad y comportamiento. Algunas de estas identidades pueden creer en la existencia de fantasmas o interactuar con ellos como parte de su experiencia disociativa. Los pacientes con trastorno de despersonalización o desrealización, asociado muchas veces al Trastorno Bipolar Afectivo o Enfermedad Maníaco-depresiva, pueden sentirse desconectados de sí mismos y de su entorno, pudiendo interpretar estas experiencias como interacciones con un mundo espiritual o como evidencia de que están viviendo en una realidad alternativa. Las obsesiones relacionadas al trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), para quienes lo sufren, alcanzan a desarrollar el miedo a fantasmas o a la actividad paranormal, lo que, a su vez, puede llevarlos a comportamientos compulsivos destinados a evitar la influencia de espíritus o a protegerse de eventos paranormales. Por último, “una tendencia de moda”, aunque no es considerado como un trastorno psicológico en sí mismo, el trastorno de identidad de género, se trataría de una distorsión de la percepción en la que -quien la padece- cree haber nacido en un cuerpo con el género biológico equivocado, que no se condice con el que desea para sí. La atracción que siente por las personas de su mismo sexo los impulsa a la búsqueda de modificar su aspecto para “crear” una ilusoria compatibilidad, dichas personas, que luchan contra su realidad en procura de una nueva, identidad de género, en su angustia y frustración pueden recurrir a conductas erróneas que derivan en las creencias místicas y apariciones de entidades espirituales como una forma de explicar una reencarnación en el cuerpo equivocado y justificar su experiencia para buscar un sentido de pertenencia.
En otro orden, se encuentran aquellos cuyas experiencias se desprenden de traumas psicológicos o correspondientes a causas clínicas, a veces, no definidas más que de anomalías psiquiátricas, neurofisiológicas.
En algunos casos, quienes sufren del trastorno de estrés postraumático (TEPT), pues han experimentado traumas intensos pueden tener flashbacks, sueños y alucinaciones relacionadas con su experiencia traumática. Estas experiencias pueden llevar a la creencia en fantasmas o la sensación de que el pasado está afectando su realidad actual. En los casos de Trastorno de estrés agudo, similar al TEPT, las personas que lo padecen pueden desarrollar creencias en fantasmas después de un evento traumático. Estas creencias pueden ser parte de los síntomas del trastorno y reflejar una forma de enfrentar el trauma. Quienes padecen el trastorno de somatización, por su parte, experimentan síntomas físicos inexplicables que a menudo se atribuyen a causas médicas no identificadas. Estos síntomas pueden llevar a la creencia en actividades paranormales como una explicación para sus problemas físicos. Los pacientes con trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada o el trastorno de pánico, pueden ser más propensos a experimentar avistamientos que le lleven a desarrollar creencias en fantasmas. La ansiedad puede distorsionar la percepción y llevar a interpretaciones exageradas o erróneas de eventos cotidianos. En los casos del trastorno de conversión, las personas con este trastorno funcional neurológico pueden experimentar síntomas físicos inexplicables como resultado de un conflicto emocional subyacente, como parálisis, ceguera o dificultad para hablar, que no tienen una causa médica identificable. Estos síntomas pueden atribuirse a la influencia de espíritus o energías paranormales y podrían incluir alucinaciones o sensaciones extrañas.
Existe, eso sí, una serie de rasgos psiquiátricos que podrían confundirse con la “sensibilidad espiritual” que, por cierto,para muchas personas son una cuestión de fe, sucesos tales como las supuestas apariciones de entidades, las voces del más allá –fruto de alucinaciones- o las experiencias cercanas a la muerte tienen una fiable interpretación científica. De hecho, ciertos datos, que se desprenden de investigaciones sobre la conducta y los desórdenes que surgen de alteraciones neurofisiológicas, alrededor del 3% de las personas experimentan algún episodio psicótico en su vida, causantes de falsas percepciones auditivas, visuales y táctiles.
Un estudio realizado en 2021 por la Universidad de Leicester, sobre un grupo de pacientes psicóticos, descubrió que además de visiones y voces, éstos sujetos suelen experimentar sensaciones táctiles, de temperatura, tensión o dolor, sensaciones denominadas como “la mano de un fantasma”. Otro estudio realizado un año antes, se enfocó en aquellos individuos que se autodefinen como “médiums”, tipificando su conducta en un rasgo de personalidad que suelen manifestar, denominado: absorción, que los propende a los estados alterados de consciencia y a ahondar en fantasías relacionadas con el hecho de que estos individuos viven su experiencia en una ensoñación plena de espiritualidad y no como un trastorno de enajenación mental. Por otra parte, en sujetos sin cuadros psiquiátricos previos, se han registrado casos de alucinaciones espontáneas con características diferentes que incluyen cierta estimulación sensorial tanto en ausencia como en exceso, tales como los sonidos repetitivos como el de una lavadora, de hecho, en situaciones de llevar un duelo suelen referirse que son acompañados por la presencia de un allegado que ha fallecido. Por si fuera poco, estos fenómenos de apariciones de presencias espectrales, podría ser el resultado de la Influencia de elementos externos, comoen el caso de las intoxicaciones con monóxido de carbono u otros gases o la aspiración accidental de las esporas de algunos hongos —presentes en casas y criptas abandonadas o incluso en viejos libros—se han relacionado ocasionalmente con las alucinaciones fantasmales.
Por su parte, Algunos trastornos de la percepción, atribuidos a causas funcionales, pueden hacer que las personas afectadas vean o escuchen cosas que no están presentes. Estas alucinaciones pueden interpretarse como la presencia de fantasmas o entidades sobrenaturales. En lo que respecta al trastorno de sueño (con parálisis del sueño) la persona se despierta pero no puede moverse ni hablar, a menudo acompañada de alucinaciones visuales o auditivas, experiencias que podrían ser interpretadas como encuentros con seres sobrenaturales, que según las culturas se han interpretado como demonios o abducciones alienígenas o como apariciones espectrales. Por el contrario, en el trastorno de sueño REM sin atonía, los individuos actúan físicamente durante los sueños debido a la falta de parálisis muscular que normalmente ocurre durante la fase REM (movimiento ocular rápido). Estas experiencias pueden llevar a la creencia en visitaciones de espíritus o seres sobrenaturales. Ya, en lo que se refiere al trastorno de la alimentación con distorsión de la imagen corporal, en casos extremos, las personas con trastornos de la alimentación y distorsión de la imagen corporal pueden creer que su cuerpo está poseído por entidades o espíritus. Esto puede llevar a la creencia en actividad paranormal y a la búsqueda de formas de “liberarse” de estas influencias.
En resumen: los trastornos neurofisiológicos como la parálisis del sueño, la epilepsia del lóbulo temporal o, psiquiátricos como, la esquizofrenia u otros, menos comunes, podrían estar relacionados con el avistamiento y la creencia enfermiza en fantasmas debido a las alucinaciones y distorsiones de la percepción que pueden experimentarse. Es importante destacar que la asociación entre estos trastornos y esta creencia patológica en fantasmas no significa que todas las personas que creen en fantasmas, o hubieran -alguna vez- sido testigos de algún avistamiento casual, tengan un trastorno psicológico, por otra parte, la interpretación errónea de ciertas experiencias sensoriales o emocionales podría contribuir a la posterior creencia en fantasmas o encuentros paranormales. Las conexiones pueden variar y dependen de una serie de factores individuales. Sin embargo, la comprensión de estas conexiones a menudo se obtiene a través de estudios de casos y observaciones clínicas en individuos con daños cerebrales específicos.
La relación suele ser más compleja dependiendo de la intensidad y la persistencia de las alucinaciones y las creencias, así como de otros síntomas y factores en la vida de la persona.
Fenómenos electromagnéticos:
Se ha planteado la hipótesis de que ciertos campos electromagnéticos presentes en ciertos lugares pueden incidir sobre el ser humano y generar toda clase de alteraciones que modificarían su percepción. La teoría de los fenómenos electromagnéticos se basa en la idea de que aquellos campos electromagnéticos -que podrían denominarse como anómalos- pueden influir en la actividad eléctrica- sináptica del encéfalo, afectando el sistema nervioso central y los sentidos, especialmente vista y oído, dando lugar a experiencias fuera de lo habitual a las que algunas personas interpretan como encuentros fantasmales o entidades sobrenaturales.
Algunos estudios y observaciones de laboratorio han demostrado que la exposición a campos electromagnéticos intensos puede provocar alteraciones en la actividad cerebral, lo que podría dar lugar a experiencias anómalas e incluso ciertos experimentos han mostrado que ciertos estímulos físicos como los infrasonidos pueden estimular las experiencias fantasmagóricas típicas. Además, se ha observado que personas que informan de avistamientos de fantasmas a menudo están expuestas a niveles más intensos de los campos electromagnéticos en ciertas ubicaciones.
Sin embargo, la relación entre campos electromagnéticos y experiencias paranormales o apariciones fantasmales sigue siendo objeto de debate y es motivo de investigación continua. Aunque esta teoría puede explicar algunas experiencias paranormales, aún se necesita más evidencia científica para comprender completamente la conexión entre estos fenómenos pues, todavía, no existe un consenso absoluto dentro de la comunidad científica. Entre los aspectos clave de esta teoría suelen destacarse aquellos que han sido más estudiados y considerados de mayor incidencia y viabilidad. Una de las teorías más analizadas sería aquella que postula la Interferencia con el cerebro, ya que el sistema nervioso, principalmente el cerebro humano es un órgano eléctricamente activo que opera a través de señales eléctricas y químicas conocidas como sinápsis, por lo tanto, se ha sugerido que los campos electromagnéticos intensos o poco frecuentes podrían interferir con estas señales eléctricas, lo que podría llevar a percepciones y experiencias inusuales surgidas por la interrupción o la alteración de dichas señales. Los campos electromagnéticos, aún aquellos menos intensos, alcanzan a incidir sobre las células nerviosas – las neuronas- y el sistema nervioso en general. Algunos estudios han demostrado que la exposición a diferentes intensidades de los campos electromagnéticos puede tener efectos significativos, en el sistema nervioso central y en otros órganos del cuerpo, lo que podría contribuir a la aparición de confusión o sensaciones extrañas y se ha comprobado que, los más intensos podrían tener efectos psicológicos en las personas, causando ansiedad, cambios en el estado de ánimo y, en algunos casos, alucinaciones visuales o auditivas. Un punto importante a tener en cuenta trataría de cierta Sensibilidad individual, algunas personas podrían ser más sensibles a los cambios electromagnéticos ambientales que otras. Aquellos que son más susceptibles podrían experimentar sensaciones extrañas o incluso cierto deslumbramiento en presencia de estos campos. Como, así también, se ha observado que en ubicaciones específicas, donde se informa de avistamientos de fantasmas, a menudo presentan niveles inusuales de campos electromagnéticos. Por ejemplo: edificios antiguos, subterráneos, o lugares con estructuras pétreas o metálicas pueden generar campos electromagnéticos irregulares.
Además, aunque esta teoría podría explicar algunas experiencias paranormales, no aborda la cuestión más amplia de si los fantasmas son entidades reales o simplemente constructos mentales. Las apariciones fantasmales también se han relacionado con otros factores, como la sugestión, la memoria, las creencias culturales y las condiciones médicas.
En resumen, la teoría de los fenómenos electromagnéticos es una de las muchas hipótesis planteadas para explicar las apariciones fantasmales, pero sigue siendo objeto de investigación y un tema de debate y discusión en la comunidad científica y entre los investigadores de lo paranormal, enfrentando críticas y desafíos ya que no todos los estudios han encontrado una correlación sólida entre campos electromagnéticos y experiencias paranormales.
Estudios científicos, incluso aquellos avocados a las funciones neurofisiológicas, han demostrado que el cerebro humano genera su propio campo electromagnético. Si bien, la energía que produce el cerebro se asocia comúnmente con cierto tipo de energía electroquímica, en el momento en que las neuronas que conforman el cerebro y el sistema nervioso se activan, no envían únicamente señales eléctricas convencionales por las fibras nerviosas en su función sináptica, sino que también emiten pulsos de energía electromagnética al tejido circundante, en parte, aquellas que pueden ser “leídas” con el uso de un Electroencefalógrafo. Esta energía es aquella que se muestra en forma de ondas electromagnéticas, también denominadas como ondas cerebrales, de hecho, los pensamientos se ven como representaciones electromagnéticas de información neuronal. Otros estudios han puesto en evidencia que, el contacto de una carga electromagnética potente aplicada por un lapso cercano a los 10 minutos, en forma directa sobre el cuero cabelludo puede provocar una disminución del 25% de la excitabilidad del córtex motor, que es el área ubicada en el lóbulo frontal responsable de los procesos de planificación, control y ejecución de las funciones relativas al movimiento. Por ende, la aplicación de un campo magnético incidente sobre el sistema nervioso central, hace que la corriente fluya a través de las neuronas pudiendo alterar su actividad sináptica. Varios estudios epidemiológicos realizados desde hace décadas, también han informado que, si estas corrientes son lo suficientemente intensas podrían afectar ciertos procesos biológicos, provocar la estimulación de músculos y nervios provocandotrastornos cognitivos y neurológicos, tales como dolor de cabeza, temblores, mareos, pérdida de memoria y de concentración, trastornos del sueño, ansiedad, suicidios, depresiones, nauseas, fatiga y pérdida de la libido debido a la exposición a estos campos magnéticos.
En conclusión: un campo electromagnético y/o electroestático, lo suficientemente potente puede generar fluctuaciones anómalas en la corriente eléctrica en las neuronas alterando su función sináptica normal, aun los campos magnéticos de baja frecuencia, inciden sobre el sistema nervioso e inducen corrientes circulantes dentro del organismo humano. La intensidad de esas corrientes internas depende de la irradiada por el campo magnético exterior. Aunque, hasta la fecha, las pruebas científicas no apoyan la existencia de una relación entre estos síntomas de alucinaciones fantasmales y la exposición a campos electromagnéticos, si bien, la evidencia ha sido escasa, la investigación sugiere que algunas personas pueden percibir los campos magnéticos, aunque de manera inconsciente.
Interacción con otras dimensiones:
Existen -por lo menos- cuatro dimensiones declararía, oportunamente, el genial Albert Einstein. La cuarta dimensión sería una forma del tiempo o, en todo caso, el espacio-tiempo, afirmando que ambos conceptos serían inseparables. Su teoría daría paso a una gran cantidad de ideas e hipótesis que intentarían definir el mecanismo de los fenómenos inexplicables alrededor del mundo, así mismo expertos e investigadores del campo de lo paranormal creen que los fenómenos tales como los apariciones fantasmales, los poltergeist, o incluso las psicofonías, estarían estrechamente ligados a las diferentes dimensiones surgidas a partir de los postulados de Einstein. La investigación astronómica, la Física Tradicional y la Mecánica Cuántica darían inicio a la discusión sobre varios conflictos y conceptos del mundo a través de la teoría multidimensional, interrogándose acerca de qué es la realidad y la existencia de un “multiverso”.
Según un profesor de matemáticas y astronomía de la Universidad Queen Mary de Londres, la conciencia tiene la capacidad de interactuar con otra dimensión y que el universo es multidimensional poseyendo una estructura jerárquica siendo que, la humanidad, se halla en la dimensión de más bajo nivel. Si bien, la física tradicional sólo se centra en un universo de tridimensional, los modelos cuánticos trabajan sobre cuatro dimensiones. Finalmente la teoría de la cuarta dimensión, aunque la comunidad científica “dura” niega la existencia de la fenomenología paranormal, es aquella que más se acerca a una explicación de estos fenómenos, siendo ya muchos los científicos que afirman que la mente errada de otros colegas del mundo debería comenzar a abrirse a nuevas teorías y prácticas que escapan a la cerrada lógica tradicional.
Algunos sugieren que, en base a esta teoría, las apariciones fantasmales podrían estar relacionadas con la interacción de nuestro mundo con otras dimensiones o realidades alternativas. Según esta hipótesis, existirían múltiples dimensiones o planos de realidad que coexisten y se entrelazan de manera compleja.
Se argumenta que, en ciertas circunstancias, estas dimensiones podrían “superponerse” momentáneamente, permitiendo la aparición de figuras o entidades de otro plano en nuestro mundo. Estas pseudo-apariciones fantasmales serían manifestaciones breves y esporádicas de seres o eventos de otras realidades, que nuestros sentidos y tecnología aún no pueden captar de manera coherente.
Es importante señalar que esta teoría de la interacción inter e intra-dimensional se basa más en la especulación y en la imaginación que en evidencia científica, buscando dar una explicación sobre las apariciones espectrales a través de una hipótesis intrigante pero altamente especulativa, carente de evidencia que la respalde ya que hasta la fecha no se han presentado pruebas sólidas que demuestren la existencia de otras dimensiones o formas de vida inter-dimensionales.
Según esta teoría, nuestro universo podría ser solo una de múltiples dimensiones o realidades. Cada dimensión podría tener leyes físicas y características únicas que difieren de las nuestras y entre sí, incluyendo aquellas que coexisten en paralelo, las que se encontrarían fuera unas de otras y las que se desarrollan una dentro de otra sin afectarse. De hecho, una forma de superposición temporal, en momentos específicos o en lugares determinados favorecería que las barreras entre estas dimensiones lleguen a debilitarse, permitiendo una especie de superposición en la que elementos de otra dimensión se manifiesten visible y, hasta, tangiblemente en nuestro mundo. Si estas dimensiones se superpusieran de alguna manera, podríamos experimentar manifestaciones fugaces de seres, objetos o eventos de esas dimensiones alternativas. Estas manifestaciones podrían resultar breves apariciones fantasmales a nuestros sentidos y tecnología limitados. De todas formas, la razón por la que nos topamos con una dificultad de detección de estas dimensiones, todo el tiempo, podría deberse a la naturaleza fugaz de estas interacciones y a las limitaciones de nuestras herramientas de medición y percepción. Esta teoría de la interacción con otras dimensiones podría utilizarse para dar explicación de los fenómenos que parecen desafiar las leyes físicas conocidas, como las apariciones súbitas y misteriosas, objetos que desaparecen o reaparecen, o incluso las experiencias de abducción alienígena.
Los críticos de esta teoría señalan que no hay una base empírica para afirmar que las apariciones fantasmales son el resultado de la interacción con otras dimensiones. La idea de múltiples dimensiones es un concepto que proviene en gran medida de un concepto meramente especulativo de la física teórica y la especulación paranormal, como la teoría de cuerdas y la teoría de las dimensiones adicionales. Sin embargo, no ha sido respaldado por pruebas sólidas y concluyentes de la existencia de otras dimensiones ni de su interacción con nuestro mundo. La complejidad de las dimensiones adicionales y las limitaciones tecnológicas y de percepción humanas hacen que esta teoría sea muy controvertida y difícil de investigar de manera científica.
Teoría de la Energía Residual:
Según esta teoría, ciertos lugares tendrían cierta permeabilidad que les permitiría retener energía de eventos traumáticos o emocionales intensos, especialmente aquellos fuertemente cargados por situaciones negativas que dejarían impresa su marca a través del espacio-tiempo, que se manifestarían como en una forma de apariciones fantasmales entre otros fenómenos. La teoría de la energía residual sugiere que esos sitios actuarían como una antena-acumulador que atraparían y conservarían esa energía desprendida de eventos pasados, estas energías quedarían impregnadas en el entorno y podrían ser percibidas, aun en épocas posteriores y en condiciones físicas análogas al momento del suceso original.
Según esta hipótesis, estas apariciones fenomenológicas no serían interacciones conscientes de espíritus, sino, más bien como la forma de una repetición de un evento pasado, como una especie de “reproducción” de la energía emocional.
Este fenómeno ha sido asociado a lugares donde ocurrieron tragedias o eventos históricos significativos, como campos de batalla, antiguas prisiones o edificios con historias trágicas. Los defensores de esta teoría creen que las emociones intensas suelen dejar una “huella” en el entorno y que ciertas personas sensibles podrían percibir esa energía residual como apariciones fantasmales o fenómenos inexplicables.
La teoría de la energía residual es una explicación paranormal. Aunque carece de evidencia científica sólida, ha sido utilizada para intentar dar sentido a ciertas experiencias de avistamientos espectrales. Dicho más detalladamente, existen varios factores, que en conjunto, caracterizan a la manifestación de este fenómeno:
- Emociones intensas y eventos traumáticos, Según esta teoría, cuando ocurren eventos emocionalmente intensos, especialmente aquellos relacionados con el sufrimiento, el miedo o la tragedia, la energía emocional generada en esos momentos se “imprime” en el entorno en forma de energía residual. Este fenómeno que, en la antigüedad, era conocido como Genius Loci (Espíritu del Lugar), aunque no tiene que ver exclusivamente con las almas de los fallecidos, podría pertenecer a quienes antiguos habitantes, o a los actuales, de un determinado sitio. Se trataría de una huella residual, capaz de producir cierta actividad de tipo de fenoménico, más bien, una impresión de energía, impregnada como consecuencia de un evento traumático, estancada en un mismo espacio y tiempo, que se repite a intervalos regulares como en un bucle interminable cual si se tratara de una grabación, por ejemplo, en determinado momento del día donde dicha huella energética, grabada por un cierto evento específico, se repite una y otra vez en el lugar donde se produjo inicialmente y a las mismas horas en que ocurrió. Allí no se trata de una fantasma, entidad o espíritu presente. Aunque hayamos escuchado historias sobre apariciones fantasmales en sitios específicos. Estos ejemplos clásicos se producirán, por tanto, de un modo ciertamente predecible, los ruidos extraños y otras manifestaciones poseen una dinámica tan extraña, resultando bastante difíciles de identificar a pesar de su carácter repetitivo.
Este fenómeno, se presume, tiene que ver con sucesos reales, emocionales o físicos, que de cierta manera han quedado plasmados en un determinado lugar, pudiendo permanecer en latencia durante mucho tiempo, hasta ser liberado repentinamente por cualquier causa, aun aquella presumiblemente insignificante, pudiendo ser “revivida” por medio de acciones, palabras o sentimientos análogos a aquellos que tuvieron origen en el lugar, ya que, la teoría también sostiene nuestro organismo emite una cierta forma de energía que iría dejando huellas a través de nuestros actos, pensamientos y sentimientos, que varían en intensidad y duración a través del tiempo y su permanencia en determinado espacio. Se cree que la Energía Residual no sería consciente o inteligente, ni entablar comunicación, careciente de voluntad propia o sentimientos, ni control sobre los efectos que produce aunque podría llegar a ser peligrosa e, incluso, causar daños físicos.
Persistencia en el tiempo, Se argumenta que esta energía residual puede persistir en un lugar durante un período prolongado, incluso después que los eventos que la generaron hayan ocurrido. Esta energía podría ser liberada o experimentada de alguna manera por ciertas personas sensibles o por aquellos que visitan el lugar en el futuro. La Energía Residual podría explicarse mejor como una especie de eco resultante de un evento sucedido en el pasado y en un determinado lugar, pudiendo variar la carga de sus impresiones psíquicas que pueden manifestarse desde una forma casi imperceptible, como una leve sensación de temor o inquietud, y otras mediante apariciones espectrales intensas y asombrosas aunque de corta duración. No cabe posibilidad alguna de comunicación efectiva con dicho evento, siendo, por demás, bastante difíciles de describir, aunque sin embargo se trata de eventos comunes, más frecuentes aún que la presencia de entidades inteligentes. Estos eventos pueden oírse, verse o sentirse repitiendo la misma actividad, de allí se desprenden los típicos pasos incorpóreos, y aquellos ruidos asociados a los fantasmas que tendrían como origen, la Energía Residual.
Las apariciones de una entidad inteligente distan bastante de aquellas, producto de la Energía Residual, pues en el segundo caso, la actividad paranormal es repetitiva y no mantiene interacción alguna ni da respuestas al entorno actual ya que el espíritu de la persona no está ahí, sólo su huella, como una imagen detenida en el tiempo, no existiendo conexión alguna con el momento presente.
Reproducción de eventos, En algunos casos, las apariciones fantasmales asociadas con la teoría de la energía residual pueden ser más como “reproducciones” de eventos pasados que como interacciones conscientes de entidades. Se cree que estas apariciones son como grabaciones emocionales que se reproducen en ciertos momentos, lo que podría explicar por qué algunas apariciones siguen patrones repetitivos y no interactúan con el entorno. La Energía Residual es una manifestación que se comporta como un reflejo acorde al modo en que ha sido activado por las personas vivas, aunque no serían necesariamente energías negativas ya que pueden percibirse tanto como hostiles, neutrales o amigables, dependiendo de los eventos que la hayan desencadenado. Un fenómeno paranormal producido por Energía Residual, posee por tanto, un carácter repetitivo y carente de una naturaleza engañosa, hecho que no ayuda a entender la causa; no manifiesta signos de inteligencia ni de consciencia del entorno. Los eventos solo se repiten en un bucle persistente, completamente carente de significado y, absolutamente, ilógico. Por el contrario, las entidades inteligentes siempre tienen una intención y están siempre relacionadas al momento presente, pudiendo interferir con los vivos e intentando comunicarse aunque se expresen de forma caótica y fuera de nuestra lógica, ya que son conscientes del entorno, aun así pueden tener un comportamiento repetitivo, usualmente reviviendo eventos traumáticos y recuerdos, tendientes a llamar la atención de los testigos con quienes buscan relacionarse (Ej.: abren y cierran puertas, hacen ruidos extraños, provocan cambios bruscos en la temperatura, ocultan objetos o causan perturbación en los dispositivos eléctricos).
Lugares históricos y emocionales, Muchas veces, los lugares que se asocian con apariciones fantasmales bajo esta teoría son aquellos que tienen una historia rica en eventos dramáticos o trágicos. Por ejemplo, antiguos campos de batalla, hospitales, prisiones y casas con historias sombrías. En algunos sitios públicos, viejos hostales, hospitales o cementerios, actuarían eventualmente como grandes acumuladores, almacenando y registrando impresiones que posteriormente, con el pasar de los años, se hacen presentes como si una proyección se hubiera activado repentinamente. De todas formas aún se ignora cómo funciona ese mecanismo aunque existen muchas teorías para intentar explicar el fenómeno, entre ellas el hecho podría no ser causada necesariamente por un evento traumático y/o violento, otras teorías proponen que estaría, de algún modo, relacionada con las condiciones atmosféricas, por ejemplo se ha relacionado a los cambios en la presión barométrica con la brusca activación de fenómenos no inteligentes, habiéndose notado un incremento de la actividad paranormal en los meses invernales, en que aumenta la electricidad estática en el ambiente. Otras teorías incluyen los cambios en las fases lunares aunque no existen certezas al respecto como tampoco en el caso que postula que, la mayoría de los fantasmas residuales, parecerían ser más activos después de los movimientos causados por las renovaciones o las remodelaciones en los viejos edificios.
Percepciones individuales, La teoría de la energía residual también sugiere que sólo ciertas personas, especialmente aquellas más sensibles o propensas a experiencias paranormales, pueden detectar o sentir esta energía emocional residual. Esto podría explicar por qué no todos los visitantes de un lugar experimentan las mismas apariciones. De todas formas, las manifestaciones relacionadas a la Energía Residual suele evidenciar ciertas variaciones, y generalmente se activan y liberan del siguiente modo:
a– Las apariciones son como imágenes en movimiento repetido, siempre el mismo, una y otra vez, normalmente en los mismos lugares (Ej.: Caminando por el mismo corredor o sentados en un mismo sillón), pareciendo no notar a las “personas vivas” que los rodean.
b– Es común percibir sonidos extraños, como voces o pasos y golpes aleatorios (Raps).
c– Por alguna razón común en estos fenómenos los altos niveles de humedad en el lugar, activan más fácilmente las manifestaciones.
d– Los eventos no son únicamente auditivos y visuales, también se han percibido como olores sin causa aparente.
e– Los fenómenos, frecuentemente, se activan más intensos durante los momentos de bajas temperaturas, en la proximidad de fuentes de energía eléctrica o bajo condiciones afines a una tormenta.
Es importante señalar que esta teoría de la energía residual, si bien es atractiva para explicar ciertas experiencias paranormales, basada en el concepto de que ciertos lugares pueden retener energía emocional de eventos pasados, carece de evidencia científica sólida que la respalde. La energía residual, por tanto, no ha sido demostrada en términos científicos y es difícil de medirla o cuantificarla. Además, la idea de que las emociones puedan “imprimirse” en un lugar y luego manifestarse como apariciones es especulativa y desafiante desde el punto de vista científico, aunque continúa siendo un tema recurrente en la cultura popular y de debate en el ámbito paranormal.
Fantasmas y Fantasmogénesis
Según la Metafísica:
Denominamos con ese término al fenómeno de producción ectoplásmica de un fantasma, espectro, espíritu u otras entidades inmateriales, a su “manifestación corpórea” (en apariencia de “cuerpo” entero), tanto si se tratase de persona o un animal, raramente de una cosa u objeto. Un fantasma suele tener cierta consistencia material, aunque transparente y tenue, con muy poca masa en relación con el volumen que se observa. La ciencia, en general considera a los fantasmas y espectros como una concepción surgida de la fantasía, sin bases sólidas y, por tanto como un concepto Pseudocientífico. Con respecto al término ectoplasma, éste fue acuñado por Charles Richet alrededor de 1884, en su intento por describir, desde su punto de vista metafísico y en un intento de otorgarle un cierto respaldo científico, una supuesta materia viva de aspecto luminiscente que fluía en la oscuridad a través de distintos orificios del cuerpo, e incluso por los poros de los médiums físicos que observaba en las sesiones espíritas tan en boga en aquellas épocas, aunque no existe evidencia tangible que se hubiera conservado hasta nuestros días. Dicha sustancia, supuestamente, se hallaría presente en la fisiología de cualquier ser vivo y poseería la capacidad de adquirir estados sólidos o líquidos respetando sus respectivas propiedades físicas. En el caso Felicitas descartamos ésta posibilidad ya que se descarta cualquier intervención mediúmnica.
Según la Física:
Una definición que, podría explicar, el mecanismo las apariciones fantasmales o fantasmogénesis, a través de la física clásica y la cuántica, sería algo así:
“una formación fría, gaseosa fuertemente ionizada, cuyas partículas están sometidas a ciertas fuerzas tanto internas como externas que condicionarían su forma y su aspecto, como así también a interacciones electromagnéticas de largo alcance afectadas por el efecto de una onda estacionaria cuya perturbación oscilatoria –siendo, ésta, una superposición de ondas incidentes y otras reflejadas- y que resultan de un fenómeno vibratorio producido por las cuasi-partículas de carga libre, interaccionan vibrando en resonancia con la radiación electromagnética de baja frecuencia resultante de las oscilaciones de la densidad de los electrones que interactúan dentro del sistema, configurada además, por algún tipo de witricidad, que transfiriendo energía eléctrica a distancia, a través de los espacios de los campos de resonancia magnética oscilantes disminuirían la pérdida de energía al acoplarse a la radiación electromagnética y generando, por lo tanto, varios fenómenos lumínicos y/o acústicos u otras formas de radiación electromagnética y las frecuencias características, que se encuentran dentro del espectro visible. Pudiendo ser observado a simple vista o, en otros casos, sólo a través del uso de dispositivos capaces de captar longitudes de onda lumínico-cromáticas más allá del espectro percibido por los sentidos humanos”.
Sí, lo sé, suena muy extraño, muy retorcido y, en extremo, ininteligible. Por esa razón, en los párrafos subsiguientes, fui ensayando una explicación un poco más sencilla y algo detallada.
Algunas teorías intentarían explicar que, los fantasmas, estarían conformados por un cierto tipo de plasma frío que, tanto en la física como en la química, se entiende por tal al cuarto estado de agregación de la materia, (éstos son: sólido, líquido, gaseoso y plasma), recordemos que los estados de la materia están determinados por las fuerzas que unen las partículas que la componen, por ende, el plasma conlleva un estado fluido similar al de los gases pero en el cual, cierta proporción de sus partículas están ionizadas (cargadas eléctricamente) y no poseen un equilibrio electromagnético, por lo tanto es un buen conductor eléctrico, cuyas partículas responden firmemente a las interacciones electromagnéticas de largo alcance. La interacción electromagnética se describe como una de las cuatro fuerzas fundamentales del universo, conocidas hasta el momento (las restantes son: Gravitatoria, Nuclear débil y Nuclear fuerte), sin embargo, aquellas de largo alcance incluyen varios fenómenos lumínicos tanto fuera como dentro de nuestro espectro visible o de percepción audible (Ej.: el rayo laser, las ondas radiales, fenómenos tales como el arco iris o la fricción electroestática).
Podríamos caracterizar, entonces, al plasma como: un gas ionizado que, al igual que sucede con alguna sustancia o mezcla, si se modifica su presión o temperatura, se pueden obtener diferentes fases o estados, a esto se le denomina: estado de agregación de la materia pues ésta se halla condicionada por la relación entre las fuerzas de unión de las partículas que la forman.
Hasta aquí podríamos decir que un fantasma estaría eventualmente compuesto por un gas ionizado, que se halla sujeto a la interacción de ciertas fuerzas tanto internas como externas y factores tales como presión y temperatura que condicionarían su forma, su aspecto y la posibilidad –o no- de ser observado a simple vista o a través del uso de dispositivos que puedan captar longitudes de onda superiores, o por debajo, del espectro lumínico y cromático percibido por el ojo humano (Ej.: Ultravioleta o Infrarrojo). Lo mismo sucedería con las ondas sonoras que se emitirían ya que, el oído no capta ni el Infra ni el Ultrasonido, en ambos casos, más allá de nuestras capacidades. Pero hay más. Dicho estado de agregación de la materia, ese plasma de temperatura fría, estaría formado por ondas evanescentes de plasmones, para lo cual debemos comprender qué es un Plasmón.
El plasmón, desde la Mecánica cuántica, es una cuasi-partícula, es decir: una entidad a la cual se le puede atribuir propiedades y cualidades iguales a las que pueden identificarse en otros sistemas cuyas partículas interactúan entre sí, (Ej.: Masa, Carga Eléctrica, Volumen y Densidad), recordando que cualquier partícula se define como: un objeto localizado con propiedades físicas y diferentes tamaños (Ej.: Moléculas, Átomos simples o unidos y partículas aún más pequeñas = las Subatómicas), esta cuasi-partícula corresponde un cuanto (Quantum) de oscilación del plasma, es decir, que posee una determinada magnitud dentro de un sistema físico –Plasma, en este caso- manteniendo una variación mínima posible de sus parámetros al pasar de un estado discreto a otro (Ej.: el Fotón = partícula mínima de energía luminosa). En lo que se refiere a la Física clásica, ésta lo describe como: el campo electromagnético producido por las variaciones, fluctuaciones o perturbaciones en el conjunto de los electrones libres responsables de conducción eléctrica en un determinado material. Por ende, también es llamado Plasmón al efecto resultante de un fenómeno vibratorio producido por las cuasi-partículas de carga libre que interaccionan oscilando en resonancia con la radiación electromagnética de baja frecuencia en un gas fuertemente ionizado en estado de plasma. En un lenguaje más técnico, en ambos casos -clásico o cuántico-, los plasmones son oscilaciones de la densidad de electrones que interactúan dentro del sistema, que al acoplarse a la radiación electromagnética genera otra cuasi-partícula conocida como plasmón-polaritón, éste fenómeno sucede a frecuencias características, que se encuentran dentro del espectro visible; esta interacción estaría configurada por algún tipo de witricidad, que es una forma de transferencia de energía a través de los espacios que proporcionaría energía eléctrica a distancia, utilizando para ello campos de resonancia magnética oscilantes que disminuyen la pérdida de energía.
Por su parte, una onda evanescente es una onda estacionaria, una perturbación oscilatoria en la cual, ciertos puntos – los Nodos- permanecen inmóviles, se forma, por lo tanto a través de la interferencia de dos ondas de igual naturaleza con iguales características físicas y con la misma frecuencia, amplitud y longitud de onda que avanzan a través de un mismo medio aunque en sentido opuesto, siendo el resultado de la superposición de una onda incidente y otra reflejada, esta onda muestra un decremento proporcional de su intensidad, ya que son más intensas -con un tercio de su longitud de onda- al comienzo de su formación, disminuyendo a través de la distancia que recorre desde su punto de inicio, pudiendo ocurrir en cualquier contexto en que se apliquen las ecuaciones de una onda incluso con aquellas formadas en el límite de un medio con diferentes propiedades de movimiento.
Las ondas evanescentes son una propiedad general de las ecuaciones de ondas, que postulan que: “el comportamiento de una onda se puede analizar dividiéndola en sus componentes”. Este fenómeno se da tanto en los procesos ópticos como en aquellos acústicos y en otras formas de radiación electromagnética, mecánica cuántica y las “ondas de las cuerdas”.
Conclusión: ni la Física ni la Metafísica logran explicar con exactitud el por qué de las apariciones, menos aún, el hecho de que, si bien la fantasmogénesis sería -en teoría-, una forma de energía, todavía no he logrado hallar una explicación satisfactoria que describa y justifique la razón por la cual las apariciones fantasmales parecen responder a una entidad con voluntad, conducta y autonomía propia. Pues, si bien, cualquier persona con vida, es comprensible que haga un despliegue de sus habilidades naturales y, sin lugar a dudas, nuestra envoltura biológica es también una forma de materia y energía como lo es el plasma ionizado con todas las características que se mencionan en los párrafos anteriores, entonces, en vista de que, tanto la persona viva del ejemplo como el fenómeno producido por el plasma ionizado, responderían una entidad consciente y autónoma, la pregunta sería: ¿qué hace a ambas formas de energía tener un “comportamiento” consciente y autónomo?… Sí la respuesta es: El Alma !!!
Lo que nos lleva a una pregunta más:
¿Qué es el Alma y de qué está “hecha”?…
Referencias y Sitios Web Consultados
https://cdi.mecon.gob.ar/bases/docelec/vb1173.pdf
https://noticiasargentinas.com/cultura/felicitas-guerrero-la-mujer-que-se-convirtio-leyenda-n100151
https://elmundoentrenosotras.com/felicitas-guerrero-victima/
30/07/2019 – Comuna 4. https://www.nueva-ciudad.com.ar/notas/201907/41340-comenzara-la-puesta-en-valor-de-la-iglesia-santa-felicitas.html
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EL JUFRÉ TEATRO: Jufré 444 – Villa Crespo – CABA – Argentina
Web: http://www.panyarte.com.ar
http://www.alternativateatral.com/obra65385-felicitas-o-las-ninas-mudas
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TEATRO COLONIAL: Av. Paseo Colón 413 – Tlf: 4342-7958/1362 – CABA – Argentina.
Web: http://www.colonialteatro.com.ar
https://www.artmajeur.com/luse/es/artworks/6340450/felicitas-guerrero
Mir Lusewix / Argentina. Estudios relacionados con el arte: Escuela Nacional de Cerámica . – Profesores Part.: Escultura Aldo Caponi /Talla en Madera: Rosemary Gerdes /Diseño y fotografía digital: Martín Sotelano / Arte digital :“Nueva Escuela” Dibujo: Esteban Janiot -Pintura: Mabel Depiaggi, Gabriel Mirocznyc. Participó de los concursos de croquis museo M. Perlotti y de los Concursos Dominicales del Museo Sívori. Desde el año 1998 ha expuesto en forma contínua en numerosas exposiciones individuales y grupales, ya que pertenece a varias agrupaciones de artistas plásticos- Participó en ferias Arteclásica , Expotrastiendas y Galery Nigths como artista de la galería RG en el Arte de Galerías Santa Fe . Ultima exposición individual En la manzana de las Luces. Ha obtenido varias menciones y medallas en concursos por ejemplo mención Anual 2008 ”en los concursos de manchas del Museo Sívori y, recientemente:2do Premio “Boceto escultórico 2010” del Museo Perloti. / Obras de Mir Lusewix: artistas/LUSEWICZ – .ar – Taller: Escalada 1538, CABA – TEL: 4635-3321 / 5621 – Part.: 4632-6248 – Cel.: 11 9 6935-3257.
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Tesi di laurea (dall’anno accademico 2011/2012) Copyright: Martina Tortato ©: “Felicitas Guerrero” entre historia y literatura. Análisis filológico traductivo de la novela de Ana María Cabrera. Università Ca’ Foscari, Venezia (2013-02-21): http://hdl.handle.net/10579/2788
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